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03 de mayo de 2024

Sanna Marin Finlandia

La primera ministra finlandesa, Sanna MarinAFP

69 días de guerra

Finlandia no descarta una invasión rusa y se prepara para una guerra como la de Ucrania

Las autoridades finlandesas ponen a punto su extensa red de búnkeres para el 80% de su población ante un posible enfrentamiento bélico con Rusia

La invasión rusa de Ucrania sienta un mal precedente. La aventura belicista del Kremlin ha despertado las ensoñaciones imperialistas de Vladimir Putin y son varios los países que entran en sus ansias por resucitar el imperio zarista.
Finlandia es uno de esos países que vive en un permanente estado de alerta ante una posible invasión rusa.
Con más de 1.300 kilómetros de frontera en común, Finlandia y Rusia han mantenido una tensa relación a lo largo de la historia.
Rusia dominó Finlandia e intentó rusificar el territorio a finales del siglo XIX y principios del XX. El país se independizó en 1917 y, tras una cruenta guerra civil en el contexto de la Primera Guerra Mundial, es obligada a alinearse con la Unión Soviética durante la Segunda contienda mundial.
Finalizada la Segunda Guerra Mundial, Finlandia recupera su independencia tras perder una parte de su territorio en favor de la URSS, que le impone un estatus de neutralidad que se ha ido diluyendo a lo largo de la historia.
Desde entonces, Finlandia ha estado con la Espada de Damocles de una invasión rusa pendiendo de un hilo sobre su cabeza.
El temor al regreso de los tanques rusos ha vuelto ahora con fuerza con motivo de la invasión de Ucrania y los planes de Finlandia para unirse, junto con Suecia, a la OTAN.
En el trasfondo del movimiento finlandés se encuentra la confirmación de que las garantías de seguridad de Rusia no valen nada, y que sus promesas de respetar la independencia de los países y su integridad territorial es papel mojado, visto lo que está haciendo en Ucrania.

Una intrincada red de búnkeres

Los temores de Finlandia a las ansias de Rusia de extender su territorio por la fuerza de las armas han sido constantes desde el fin de la Segunda Guerra Mundial.
Desde entonces, se ha preparado para ello y ha construido alrededor de 54.000 refugios en sus ciudades con capacidad para el 80% de su población, más de 4 millones de personas.
La ley finlandesa obliga a construir un refugio en construcciones de más de 1.200 metros cuadrados de planta. El 85% de los refugios son de propiedad privada y se emplean como aparcamientos u otras funciones.
Uno de los más modernos, según la agencia EFE, es el refugio civil de Merihaka, en la plaza Hakaniemi de Helsinki, inaugurado en el año 2003.
El búnker se encuentra a 25 metros de profundidad excavado en roca granítica. Con 14.750 metros cuadrados, tiene capacidad para acoger a 6.000 personas.
Pensado para su uso en tiempos de guerra, se emplea en la actualidad como centro lúdico con aparcamiento, centro deportivo, cafetería, gimnasio y un parque infantil.
Si estallara la guerra, el búnker podría estar preparado en 72 horas para acoger a los civiles. En declaraciones a EFE, el director general de servicios de rescate del Ministerio del Interior, Kimmo Kohvakka, aseguró que se trata de «un refugio de última generación».
«Se ha construido en lecho de roca y eso significa que puede contener el impacto de armas convencionales y, hasta cierto punto, también nucleares», aseguró.
El comandante de los servicios de rescate de Helsinki, Jani Pitkänen, también en declaraciones a EFE, explicó que, en la capital finlandesa, «con una población de 650.000 habitantes, hay unos 5.500 refugios con capacidad para 900.000 personas, así que tenemos espacio para todos los residentes más la gente que esté de paso».
Los búnkeres no son la única previsión adoptada por Finlandia en los últimos 80 años para hacer frente a una invasión del ejército ruso.
El gobierno ha hecho acopio de combustible, medicamentos y alimentos con reservas para varios meses. Las reservas también incluyen agua potable, garantizar el suministro eléctrico y las comunicaciones.
En el ámbito estrictamente militar, Finlandia tampoco se ha quedado de brazos cruzados. Su presupuesto militar, del 1,96% del PIB, está cerca del mínimo exigido por la OTAN a los miembros de su alianza, el 2%, y que muchos no cumplen.
Finlandia mantiene el servicio militar obligatorio y cuenta con un ejército de 280.000 soldados y cerca de 900.000 reservistas.
En los últimos meses, ha dado un impulso a sus Fuerzas Armadas con la adquisición de 64 modernos cazas F35.
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