Luca Volontè, ex portavoz popular en la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa
Absuelto Luca Volontè tras siete años de calvario judicial
La Justicia italiana no retiene ningún cargo contra el ex portavoz popular en la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa
El pasado 16 de mayo la Corte de Apelación de Milán confirmó la absolución de Luca Volontè, poniendo fin a un procedimiento judicial que empezó en 2015.
Se acusaba al ex diputado democristiano, antiguo portavoz del Grupo Popular en la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa entre 2010 y 2013, de los delitos de corrupción y blanqueo de dinero.
El primero tenía que ver con unos pagos que habría recibido Volontè a principios de 2013 desde Azerbaiyán para intentar frustrar la aprobación -como al final ocurrió-, por parte de la Asamblea Parlamentaria, de un informe sobre los presos políticos en el país caucásico.
Estos pagos correspondían, según el antiguo portavoz, a los honorarios de los trabajos realizados por su consultoría personal para una ONG azerí en relación con las reformas sociales y educativas. Están declarados y a día con el fisco. Pero los adversarios de Volontè se centraron en que los ingresos fueron realizados mientras ejercía sus funciones políticas en Estrasburgo.
El segundo delito versaba sobre otros pagos, también de origen azerí, a la Fundación Novae Terrae, que Volontè empezó a dirigir al poco tiempo de perder su escaño y de dejar la política activa, allá por 2013.
Las sucesivas investigaciones del Banco de Italia, la Autoridad Europea para la Lucha contra el Blanqueo y, en dos ocasiones, la Fiscalía General de Azaebaiyán, no detectaron irregularidad alguna.
Pero en febrero de 2015 Volontè fue informado de que estaba siendo investigado por ambos delitos, siendo oficialmente imputado por la Fiscalía de Milán en mayo de 2016, pistoletazo de salida de un itinerario judicial de seis años. En paralelo se desató una campaña mediática.
Inició las hostilidades la Rai, el conglomerado radiotelevisivo público italiano y se fueron sumando poco a poco importantes cabeceras progresistas -principalmente The Guardian- y organizaciones de la misma ideología, como The Open Society, controlada por el magnate George Soros, que filtró documentos clasificados secreto de sumario. La correspondiente queja de Volonté ante el tribunal quedó sin respuesta, según la defensa del antiguo político.
En medio de estas dificultades se produjo una buena noticia a medias con la absolución, en enero de 2017 y en primera instancia, de Volontè por el delito de corrupción, al tiempo que el juez mantenía la absolución por blanqueo de dinero. Pero el juez recurrió el primer fallo tres meses más tarde y en junio, la Corte de Casación -equivalente italiano del Tribunal Supremo- anuló el juicio que le había absuelto.
Un juicio que se repitió y que desembocó en enero de 2021 en una condena a Volontè de cuatro años de cárcel y 500.000 euros de multa, contra la que el interesado interpuso un recurso.
De nada sirvió, por ejemplo, que el diputado socialdemócrata alemán Christoph Strasser, autor del informe parlamentario derrotado a instancias de Volontè, declarase ante los jueces que las acusaciones contra él estaban basadas en prejuicios y rumores.
Volontè también fue absuelto en primera instancia del delito de blanqueo de dinero en enero de 2018 por falta de pruebas. De nuevo, la Fiscalía recurrió la decisión. Esta vez la Corte de Casación confirmó la sentencia absolutoria y devolvió el caso al Tribunal de Milán, que celebró una nueva vista oral, que se saldó en una nueva absolución, no recurrida por la Fiscalía.
Mientras tanto, en el juicio por corrupción, la Corte de Apelación de Milán falló que el plazo de prescripción había vencido en mayo de 2021.
El 16 de mayo de 2022, Luca Volontè fue definitivamente absuelto de ambos delitos, si bien pende el pago de la multa impuesta en el juicio por corrupción, cantidad que se añada a unos honorarios astronómicos a sus abogados, según ha podido saber El Debate.
Pero la honorabilidad de Volonté ha quedado definitivamente limpia. Ha podido ser imprudente al combinar la actividad parlamentaria con la consultoría, pero jamás ha cometido los delitos de los que le acusaban unos poderosos adversarios, políticos y sociales, que quizá no le perdonan su eficaz actividad en defensa de la vida y del matrimonio entendido como la unión del hombre y la mujer.
Ahí está, sin ir más lejos, la famosa resolución de la Asamblea Parlamentaria, de la que fue el principal inspirador, que recomendaba la objeción de conciencia para médicos y personal sanitario que no deseasen colaborar en abortos y eutanasias.
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