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29 de marzo de 2024

Los manifestantes marchan en las calles para protestar por el derrocamiento de Roe vs. Wade por la Corte Suprema en Boston, Massachusetts, el 24 de junio de 2022

Los manifestantes marchan en las calles para protestar por el derrocamiento de Roe vs. Wade por la Corte Suprema en Boston, MassachusettsAFP

Derecho a la vida

Récord de abortos en Reino Unido con 214.869 interrupciones en 2021

Las autoridades están investigando si se han cometido de manera ilegal, fingiendo que el embarazo se ha interrumpido por causas naturales

Las autoridades de Gales e Inglaterra han comenzado a investigar a varias mujeres que teóricamente sufrieron abortos espontáneos, o que dieron a luz a niños ya muertos. Sospechan que podrían haberse sometido a abortos ilegales. Durante 2021, según los últimos datos publicados por el gobierno de Reino Unido, se produjeron 214.869 interrupciones, el número más alto desde que el aborto se legalizó en Gran Bretaña en 1967.
El periódico británico The Guardian relata un caso de 2016 en el que una mujer de la región de Surrey tomó pastillas abortivas sin autorización médica. Y en Norfolk, entre 2017 y 2020, se registraron tres casos en los que las embarazadas empezaron a sangrar tras ingerir «muchas pastillas».
No termina ahí: también en Norfolk una mujer fue ingresada tras ingerir ocho pastillas de misoprostol, uno de los medicamentos utilizados para provocar abortos químicos. Las obtuvo sin aprobación médica y estaba embarazada de 26 semanas, más allá del límite legal.
Estos casos son algunos de los muchos investigados bajo una ley de 1861, que considera delito inducir un aborto utilizando «veneno», «instrumentos», u «otras medidas, de cualquier tipo». La pena en estos casos es de cadena perpetua.
La Ley del Aborto que actualmente se aplica en Reino Unido entró en vigor en 1967, y legaliza esta práctica en Gales, Escocia, e Inglaterra en embarazos de hasta 24 semanas. Sin embargo, decreta que los abortos solo son legales si dos médicos se ponen de acuerdo en que el parto supondría un riesgo para la salud física o mental de la madre.
La ley de 1861 sigue vigente, por lo que cualquier persona que trate de abortar sin supervisión médica en Reino Unido está cometiendo un crimen, igual que aquellos que intentan ayudarlas.
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