Según informó el ministerio de Defensa ucraniano por medio de su viceministra, Hanna Maliar, la granada VOG de origen soviético –y disparada desde un dispositivo insertado en un fusil– impactó contra el pecho del soldado, pero no hizo explosión.
Según explicó Maliar, la operación para extraer la granada, situada junto al corazón, la realizaron médicos militares acompañados de dos zapadores «para garantizar la seguridad del personal médico».
«La operación la dirigió uno de los cirujanos más experimentados de las Fuerzas Armadas de Ucrania y se realizó sin electrocoagulación, ya que la granada podría detonarse en cualquier momento», explicó.
Añadió que «la intervención quirúrgica tuvo éxito y el militar herido fue trasladado a una unidad de rehabilitación y recuperación». «¡No todas las heridas en la zona cardíaca son mortales!», concluyó.
Hanna Maliar difundió la imagen del cirujano con el dispositivo extraído y una radiografía PA, Posteroanterior, donde el rayo incide desde la espalda hacia adelante para saber si la granada se ubica cerca del corazón.
Según una fuente médica consultada por El Debate, el resultado de la placa muestra que la granada se situaba en zona superficial –en la piel del soldado, ya que la imagen de la granada no borra los planos de las otras superficies– y no en plano intratorácico, aunque Maliar no difundió la imprescindible proyección lateral para ver todos los planos de la zona afectada.
Por su parte, el asesor ministerial de Asuntos Internos de Ucrania, Anton Gerashchenko, afirmó que la intervención quirúrgica «se incluiría en los libros de texto de medicina».
Gerashchenko confirmó que «la parte sin explotar de la granada se extrajo de debajo del corazón. La granada no explotó, pero siguió siendo explosiva».