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17 de mayo de 2024

Zona desmilitarizada Corea

Soldados surcoreanos y estadounidenses patrullan en la zona desmilitarizada que separa Corea del Sur de Corea del NorteAFP

Corea del Sur sueña con un arsenal nuclear propio pese a las garantías de seguridad de EE.UU.

Seúl firmó el Tratado Internacional de No Proliferación Nuclear, en virtud del cual no está autorizado a adquirir armas nucleares

Corea del Sur se cuestiona sobre la conveniencia de mantener la dependencia de Estados Unidos en materia de seguridad o emprender un camino autónomo.
Un camino que puede ser limitado, como en el caso japonés. Las autoridades de Tokio se han embarcado en un proceso de rearme sin violar sus compromisos adquiridos tras la Segunda Guerra Mundial de no iniciar una nueva espiral militarista.
Corea del Sur podría optar también por un modelo de autonomía total, que supondría el desarrollo de un arsenal nuclear propio.
El debate se ha desatado debido a las crecientes amenazas nucleares procedentes de Corea del Norte, que ha efectuado varios lanzamientos de misiles balísticos en los últimos meses.
No sólo la cuestión de los misiles norcoreanos con capacidad nuclear ha desatado las alertas en Seúl. En las últimas semanas, el régimen de Pyiongyang ha violado el espacio aéreo surcoreano con drones militares y un globo aerostático.
También preocupan los planes chinos de expansionismo militar, con el punto de mira puesto en Taiwán y en las aguas del mar de China Meridional.
En ese sentido, la población surcoreana empieza a ver con buenos ojos que el país sea responsable de su seguridad con independencia de Estados Unidos: «Es hora de que nos volvamos nucleares», afirmó a The Washington Post un surcoreano vecino de una localidad cercana a la Línea de Demarcación Militar entre las dos Coreas.
La aparente incapacidad de Estados Unidos de presionar a Corea del Norte para poner fin a sus continuas pruebas balísticas sobre aguas del mar de Japón ha azuzado los llamamientos a desarrollar capacidades nucleares propias que igualen a las norcoreanas.
Los surcoreanos, afirma The Washington Post, se están volviendo más partidarios de tener sus propias armas nucleares, una corriente de opinión que cada vez es más dominante.
La opinión pública surcoreana ha empezado a desconfiar de las garantías de seguridad ofrecidas por Estados Unidos a Corea del Sur a cambio de su firma del Tratado Internacional de No Proliferación Nuclear.
En virtud de ese tratado, Seúl no puede estar en posesión de armas nucleares y es Estados Unidos la que protegería a Corea del Sur con armas nucleares en caso de que surgiese una amenaza nuclear contra el país, en virtud de la doctrina de disuasión extendida.
Sin embargo, son muchos los que se preguntan si, a la hora de la verdad, Estados Unidos desplegaría realmente su arsenal nuclear para proteger a Corea del Sur y se plantean dudas sobre las verdaderas capacidades de Estados Unidos para cumplir sus promesas de seguridad.
La preocupación ha llegado a la cúpula política del país. El presidente de Corea del Sur, Yoon Suk-yeol, lanzó un globo sonda a principios de enero con la posibilidad de que el país abandonara el Tratado de No Proliferación Nuclear y adquiriera sus propias armas nucleares.
Tras la reacción contraria de Estados Unidos y de la OTAN, el presidente surcoreano tuvo que retractarse y reiterar su confianza plena en la doctrina de «disuasión extendida de Estados Unidos».
Como respuesta a las amenazas norcoreanas, Corea del Sur y Estados Unidos están realizando ejercicios aéreos conjuntos con la participación del bombardero estratégico B-1B y cazas furtivos F-22 y F-35B.
En un comunicado del Ministerio de Defensa de Corea del Sur se explicó que «los ejercicios aéreos combinados muestran la voluntad y capacidades de Estados Unidos para proporcionar una disuasión extendida fuerte y creíble contra las amenazas nucleares y de misiles de Corea del Norte».
Por el momento, Corea del Norte no insistirá en la necesidad de dotarse de armas nucleares. El debate, sin embargo, no se ha cerrado y si el régimen norcoreano encabezado por Kim Jong-un aumenta su apuesta, podría volver a plantearse.
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