El Día de la Mujer ha teñido de morado múltiples ciudades a lo largo y ancho del globo. Con motivo del 8-M muchas han sido las promesas, alabanzas y halagos hacia el colectivo femenino y su lucha por alcanzar la paridad. Palabras que, una vez finalizada la jornada de ayer, caen en saco roto.
El Gobierno británico no se ha quedado atrás en estas promesas y ha lanzado una nueva estrategia para promover la igualdad de género en todo el mundo, mientras que recorta las ayudas para mujeres. El plan a nivel mundial que plantea el Ejecutivo de Rishi Sunak apoyará programas de salud sexual y reproductiva y financiará grupos que defienden los derechos de la mujer.
«Promover la igualdad de género y luchar contra la discriminación es obviamente lo correcto, pero también aporta libertad, impulsa la prosperidad y el comercio, y refuerza la seguridad: es el pilar fundamental de toda democracia sana», declaró el secretario de Estado de Asuntos Exteriores británico, James Cleverly, mientras visitaba escuelas y hospitales en Sierra Leona.
A pesar de las buenas intenciones del Gobierno de Sunak, las contradicciones en su política son evidentes. El lanzamiento de este nuevo plan ha coincidido con el inicio de una investigación del Comité de Desarrollo Internacional (IDC) sobre el impacto de los recortes de financiación del Reino Unido en las mujeres y las niñas de los países de renta baja.
En 2021, según publica The Guardian, la Oficina de Asuntos Exteriores, Desarrollo y Commonwealth (FCDO)recortó en 4.000 millones de libras el presupuesto de ayuda. Ya el año pasado, Londres fue acusado de «traicionar» al colectivo femenino tras conocerse que los parlamentarios sabían las consecuencias negativas que supondría el recorte de estas ayudas.
«El impacto de recortar el acceso a los servicios de salud sexual y reproductiva para las mujeres y sus familias en los países de renta baja es enorme», declaró Sarah Champion, presidenta de la comisión. De hecho, la semana pasada, el IDC criticó al Gobierno británico por desviar 1.000 millones de libras en ayuda exterior y utilizar el dinero para alojar a refugiados en el Reino Unido en 2021.
Un problema el de la inmigración que trae de cabeza a Sunak y que prometió atajar una vez llegara al n.º 10 de Downing Street. Esta misma semana, su ministra de Interior, Suella Braverman, ha presentado una de las normativas más estrictas contra la inmigración en Europa y que le ha costado los reproches de los países vecinos.
La nueva legislación en política migratoria plantea que todas aquellas personas que lleguen al Reino Unido en patera no tendrán opción a pedir asilo en el país y serán arrestadas y deportadas. Ante las críticas, Braverman ha defendido que su propuesta «no infringe la ley» ni incumple las obligaciones internacionales del Reino Unido.