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25 de abril de 2024

Manifestantes anti Brexit en Londres

Manifestantes anti Brexit en LondresGTRES

¿Está mejor Reino Unido tras el Brexit? Sus fracasos económicos, legislativos y reputacionales

Los británicos se arrepienten más que nunca de su decisión de abandonar la Unión Europea, y estas son las razones

Según las últimas encuestas, Reino Unido se arrepiente más que nunca del Brexit. Solo un 9 % de los británicos considera un éxito su salida de la Unión Europea, mientras que el 62 % de los encuestados opinan que fue un fracaso, cifra que incluye a muchos de los que, en 2016, votaron 'sí' en el referéndum decisivo.
La decepción por el Brexit también afecta a aquellos que, en su día, lo defendieron con fervor. Nigel Farage, antiguo líder del partido UKIP, admitió que la salida de Reino Unido de la Unión Europea «había fracasado», y que su economía aún no ha experimentado ningún beneficio. Durante una entrevista con la BBC, Farage atribuyó este fracaso a los políticos Conservadores «inútiles» que no han sabido «gestionar» la salida del bloque.
Estos datos reflejan un cambio importante en la opinión pública respecto al Brexit. Tanto el creciente arrepentimiento de la población, como la admisión de su fracaso por parte de destacadas figuras pro-Brexit, se suman al debate en torno a los fallos y desafíos asociados a la salida del Reino Unido de la Unión Europea.

El impacto económico

Una de las mayores consecuencias del referéndum del Brexit ha sido el impacto económico. La libra esterlina cayó en picado en octubre de 2022, hasta alcanzar su nivel más bajo en más de tres décadas. Y a pesar de que Rishi Sunak prometió, con su nuevo Gobierno, instaurar un régimen más austero y cauto, los británicos siguen viviendo una crisis económica que vuelve inasequible el coste de la vida, y provoca huelgas en cada una de las industrias del país.
La volatilidad de la economía británica también ha aumentado el precio de todos los bienes importantes, y afectado a las empresas que dependen de monedas extranjeras para sus transacciones. Por ello, muchas compañías, sobre todo aquellas con operaciones integradas en el mercado de la Unión Europea, han reducido sus operaciones en Reino Unido o directamente se han reubicado. Gigantes como JPMorgan y Goldman Sachs, por ejemplo, trasladaron a gran parte de su personal y operaciones a centros financieros de la UE, como Frankfurt y París, buscando mantener su acceso al mercado europeo.
La incertidumbre generada por el Brexit también ha tenido un impacto en la inversión, tanto nacional como extranjera. Las empresas se han enfrentado a desafíos en la planificación y toma de decisiones de inversión debido a los términos comerciales poco claros del Brexit, y a su posible impacto en las cadenas de suministro. Esta incertidumbre ha creado un ambiente desfavorable para la inversión, lo que podría tener consecuencias a largo plazo para la economía británica.

El problema de Irlanda del Norte

Tras el Brexit, la espina en el costado del Partido Conservador fue el controvertido Protocolo de Irlanda del Norte, que creaba una barrera comercial entre Gran Bretaña y su región irlandesa, y perjudicaba a las poblaciones y empresas de ambos territorios. Finalmente, y tras años de negociaciones entre Londres y la Unión Europea, el Gobierno de Rishi Sunak firmó el acuerdo del 'Marco de Windsor', que introduce una nueva aduana entre las dos irlandas y permite que el comercio fluya mejor.
Si bien el objetivo era preservar la paz, los bienes que se desplazan desde Gran Bretaña hacia Irlanda del Norte ahora enfrentan controles y verificaciones adicionales, debido a que esta última sigue alineada con el mercado único de bienes de la UE. Estas nuevas medidas han causado interrupciones en el comercio y generado tensiones.
La implementación del Marco de Windsor también ha tensado las relaciones políticas dentro del Reino Unido. Mientras que algunos grupos unionistas en Irlanda del Norte argumentan que el protocolo socava la posición de la región dentro del Reino Unido, otros lo ven como una medida necesaria para mantener la paz y evitar una frontera física en la isla de Irlanda. Esta divergencias en la opinión pública han generado conflictos y debates acalorados, añadiendo una capa adicional de tensión en el ámbito político del Reino Unido, y perjudicando todavía más la reputación del Partido Conservador.

Complicaciones fronterizas

La salida del Reino Unido de la Unión Europea trajo consigo una serie de problemas comerciales y fronterizos. La introducción de nuevas barreras aduaneras y regulatorias ha resultado en una serie de flamantes controles y procedimientos administrativos, que han interrumpido los flujos comerciales. Los exportadores británicos que desean vender sus productos en la UE ahora se enfrentan a más papeleo, más declaraciones aduaneras, y tienen que cumplir con las regulaciones específicas de la Unión.
Este aumento en la burocracia provoca retrasos y bloqueos en los puertos y en los cruces fronterizos. Y las empresas se enfrentan a dificultades para transportar las mercancías, lo cual pone a prueba las cadenas de suministro.
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