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29 de abril de 2024

Aquilino Cayuela
Aquilino Cayuela

¿Quién mueve los hilos de los golpes de Estado en África?

En 2100, África estará tan superpoblada como Asia y representará una cuarta parte de la población mundial y más de una cuarta parte de su mano de obra

Actualizada 04:30

Junta militar Níger

Manifestantes reciben en Niamey a los líderes de la junta militar de NígerEFE

Un dato para comenzar nuestro análisis: En 2050, África tendrá 2.500 millones de habitantes, Nigeria superará a Estados Unidos como tercer país más grande del mundo y las poblaciones de África Oriental y Occidental superarán cada una a la de Europa. En 2100, África estará tan superpoblada como Asia y representará una cuarta parte de la población mundial y más de una cuarta parte de su mano de obra.
El orden internacional de Occidente está perdiendo legitimidad. Un esfuerzo diplomático que permita a Washington y sus aliados de Europa salvaguardar sus intereses en África se hace necesario para socavar las pretensiones de Pekín y Moscú de alinearse la práctica totalidad de el Sur global.
Estados Unidos debe renovar su atención en el Sahel. Washington debe presionar a París para que vuelva a destinar fuerzas de mantenimiento de la paz a la región y trabajar con la Unión Africana y la Comunidad Económica de Estados de África Occidental.
Occidente debería proporcionar a los gobiernos del Sahel una alternativa creíble ofreciendo apoyo a los gobiernos tanto en temas económicos como de seguridad.
Los golpes de estado y conflictos en el África Occidental y en el Cuerno de África han aumentado exponencialmente a lo largo de este verano. Esta situación ha ahuyentado los mercados de esa región y aumentado el coste de la deuda de estos países.
El reciente golpe de Gabón no sólo perjudicó a sus bonos, sino que también elevó la prima del tipos de interés. Esto ha afectado también al vecino Camerún pues sus bonos han perdido más terreno que los de Gabón desde el golpe.
Esto ocurre porque en tales situaciones de inestabilidad los inversores «venden primero y piensan después» y eso que Gabón aún no se ha enfrentado al tipo de sanciones impuestas a Malí, Guinea, Burkina Faso y Níger.
Pero ¿Quién mueve los hilos en África? Es indudable que los recientes y abruptos golpes y cambios de gobierno en el África occidental han dejado prácticamente fuera la influencia de Francia.
Es indudable que el juego lo establece una «nueva guerra fría» entre China y Estados Unidos y al incremento del esfuerzo de la diplomacia rusa en esta región.
¿El Sur global se abstendrá de una competición de grandes potencias que no le concierne?
Está cada vez más claro que los dictadores africanos elegirán a Pekín y Moscú porque esa alianza les sirve a sus intereses nacionales. Por otra parte, las democracias africanas son jóvenes y estarán divididas. Algunos líderes se aliarán con Pekín y Moscú con la esperanza de consolidar su poder. Otros, en cambio, buscarán ayuda, alivio de la deuda e inversiones tanto de Estados Unidos como de sus adversarios.

Mientras que el mundo de la posguerra fría fue testigo de una expansión histórica de la democracia, esta «segunda y nueva guerra fría» será testigo de un retroceso democrático

Mientras que el mundo de la posguerra fría fue testigo de una expansión histórica de la democracia, esta «segunda y nueva guerra fría» será testigo de un retroceso democrático. Pero un papel decisivo en el alineamiento vendrá de la mano de la economía y de la pobreza en el mundo, particularmente en África.
¿Quién les ofrecerá mejor salida a sus deudas? ¿Quién les dotará de mayores garantías de seguridad frente a grupos islámicos que asolan zonas enteras, principalmente en el Sahel subsahariano?
Más importante todavía, ¿Quién les garantizará una mejor subsistencia frente a las hambrunas?
Según una encuesta de Gallup realizada a personas de docenas de países africanos, el apoyo al liderazgo mundial de Washington está disminuyendo: del 85 % en 2009 al 59 % en 2022. La contrapartida es China.
China empezó a sustituir a Occidente como principal socio económico de África. En 2006, China superó a Alemania como mayor fuente de importaciones de África. En 2013, China suplantó a Estados Unidos como principal destino de las exportaciones africanas. En 2020, China era responsable, en África, de más construcciones que Francia, Italia y Estados Unidos juntos. Los proyectos de infraestructuras respaldados por China abrieron mercados y aumentaron el nivel de vida y, al mismo tiempo, sirvieron a los intereses de Pekín.
Pekín se aseguró recursos naturales para alimentar desde los móviles hasta los vehículos eléctricos. China domina el mercado del cobalto en la República Democrática del Congo, país que suministra el 70 % del cobalto mundial.

Las finanzas chinas son idóneas para establecer redes de patrocinio y enriquecimiento personal

China cortejó a la élite africana para ganarse su acceso al continente y hacer comprender el valor de Pekín a los gobernantes africanos. Las finanzas chinas son idóneas para establecer redes de patrocinio y enriquecimiento personal. La inversión china no viene acompañada de ninguna de las salvaguardias anticorrupción y menos exigencias de valores demoliberales impuestas por las fuentes de financiación occidentales.
Rusia, también ha incrementado su diplomacia y su presencia en África. El Kremlin ha firmado acuerdos militares con más de 20 países africanos y está extrayendo recursos en al menos 14 de ellos.
La influencia de Rusia es mayor en las zonas donde opera la empresa paramilitar Wagner. En 2022, Wagner había desplegado 5.000 soldados, equivalente al número de tropas que Estados Unidos tiene estacionadas en todo el continente. Wagner presta servicios para apuntalar gobiernos próximos al colapso. A cambio, se hace con el control de los recursos naturales. Wagner ha cometido atrocidades en la República Centroafricana y Mali y ha alimentado la guerra civil en Sudán.
China y Rusia han agrandado el escepticismo sobre el orden internacional liderado por Occidente. Pretenden presentar una alternativa al sistema bancario SWIFT, que podría ayudar a proteger a los gobiernos autocráticos del continente de los efectos de las sanciones occidentales.
De alguna manera, África es el futuro y nos jugamos mucho allí.
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