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04 de mayo de 2024

La primera ministra italiana, Giorgia Meloni

La primera ministra italiana, Giorgia MeloniAFP

El Premierato

Las claves de la gran reforma de la Constitución de Meloni que augura el inicio de «la III República italiana»

La premisa de la primer ministro para reformar la Carta Magna –bautizada como el Premierato–es la búsqueda de «la estabilidad del Gobierno y de la dirección política»

La primer ministro de Italia irrumpió con fuerza en Europa tras su ascenso en las elecciones generales de 2022. Ese impulso inicial fue reduciendo intensidad con el paso de los meses, en los que Giorgia Meloni demostró su posición más moderada –pero clara y concisa– a todos aquellos que no dudaron en tacharla de ultraderechista cuando se alzó con la jefatura del Gobierno italiano.
Ahora, la líder de Fratelli d'Italia ha decidido disparar todo su arsenal gubernamental y el pasado 3 de noviembre presentó una modificación de la Constitución descrita como «la madre de todas las reformas» que llevaría al país a una «III República italiana», en palabras de la propia Meloni.
La premisa de la primer ministro para reformar la Carta Magna –bautizada como el Premierato–es la búsqueda de «la estabilidad del Gobierno y de la dirección política». Sin embargo, esta modificación de la norma ha encontrado un alto porcentaje de retractores y críticos, que acusan a la líder de la derecha de querer perpetuarse en el poder.
Según apunta Corriere della Sera, el texto modificará tres artículos de la Constitución: el 88, sobre el poder del Jefe del Estado para disolver las Cámaras; el 92, sobre el nombramiento del primer ministro, y el 94, sobre la moción de confianza y censura al Gobierno. La reforma prevé un sistema electoral mayoritario con un 55 % de los votos a nivel nacional.

Nuevo sistema presidencialista

Para entender la polémica que ha sembrado la reforma de la Constitución de Meloni es necesario conocer las motivaciones de la líder y los cambios de base que pretende llevar a cabo. La modificación de la Carta Magna que propone la primer ministro se ciñe únicamente a la variación de tres artículos, pero que suponen una profunda reforma del sistema político italiano.
En primer lugar, introduce la elección directa del primer ministro, con el derecho a decidir de los ciudadanos por bandera para «acabar con el transfuguismo, las intrigas palaciegas y los gobiernos técnicos». Esto incluye la introducción de «un mecanismo de legitimación democrática directa» del presidente del Consejo de ministros, elegido por sufragio universal en votación popular específica.
Meloni Camara diputados

Giorgia Meloni, durante una intervención parlamentariaCamera dei deputati Italia

Este punto de la modificación también establece que la elección del primer ministro «tendrá lugar simultáneamente con las elecciones a las Cámaras, mediante la misma papeleta electoral». Además, especifica que el primer ministro debe ser «elegido en la cámara para la que se presenta» y, de manera imperativa, debe ser «necesariamente diputado». Esta última condición implica, en la práctica, la eliminación de los denominados «gobiernos técnicos», liderados por personalidades ajenas a la política, como ocurrió con Mario Monti en 2011 o Mario Draghi en 2021.
Por otro lado, esta medida refuerza la figura del primer ministro y garantiza que éste gobierne con mayoría absoluta, aunque sea de forma ajustada. Según la líder de los Fratelli d'Italia (Fd'I/ECR), el objetivo es «garantizar esa estabilidad que es condición sustancial para construir una estrategia y tener credibilidad a nivel nacional e internacional».
Este punto gana fuerza si, tal y como recordó Meloni, se tiene en cuenta que en los últimos 75 años Italia ha tenido 68 gobiernos con una duración media de aproximadamente 1,5 años.

Sustitución del primer ministro

Por otro lado, la reforma introduce también lo que en la jerga se conoce como anti-ribaltone –traducido de forma literal como «regla antirrefutación»– que prevé que en caso de voto de censura contra el primer ministro electo, éste podrá ser sustituido (una sola vez) por un parlamentario de la mayoría y sólo para aplicar el programa de gobierno y las declaraciones políticas del jefe de gobierno electo. En caso de una nueva moción de censura, se celebrará una nueva votación.

El nuevo jefe de gobierno no puede contradecir los objetivos del primer ministro elegido

En la rueda de prensa, Meloni subrayó que muchos aspectos relativos a la formación de la mayoría y a la posible segunda vuelta de la elección del primer ministro quedarían aplazados a la ley electoral, en la que, según garantizó el ministro Casellati, el Gobierno ya está trabajando.
Se formularon varias preguntas a Meloni sobre la llamada «constitucionalización» del programa de gobierno. A este respecto, el líder del Fd'I intentó explicar que, en caso de moción de censura y dimisión del premier, la acción del nuevo jefe de gobierno no puede contradecir los objetivos del primer ministro elegido.

Supresión de senadores vitalicios

La reforma prevé también la supresión de los senadores vitalicios, con excepción de los antiguos y actuales presidentes de la República. Como señaló Meloni, la incidencia de los senadores vitalicios ha aumentado mucho en comparación con el número de diputados desde la reforma de 220, que redujo los diputados de 630 a 200 y los senadores de 315 a 200.
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