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05 de mayo de 2024

Philippe Lamberts, copresidente de los Verdes europeos, intenta meter miedo con las posibles consecuencias de una política austera

Philippe Lamberts, copresidente de los Verdes europeosParlamento Europeo

Política económica

El jefe de los Verdes europeos cree que las nuevas reglas de deuda darán alas a Putin

La izquierda está preocupada porque la austeridad de «alas a populistas» y suponga el “el «fin de la Unión Europea tal y como la conocemos»

Gran parte del arco parlamentario europeo continúa con el cuento de lobo intentando asustar lo máximo posible al electorado antes de las elecciones de junio. Agitan las conciencias con posibles gobiernos de la «extrema derecha» que hagan el juego a un Vladimir Putin que, según ellos, podría ganar la guerra de Ucrania con su apoyo. Así lo ha expresado el copresidente de los Verdes, Philippe Lamberts, en una entrevista a dos medios especializados locales.
Antes de la crucial votación en el Parlamento Europeo sobre las reformas a las reglas de deuda., lanzó una advertencia apocalíptica sobre el posible «fin de la Unión Europea tal y como la conocemos».
Expresó su preocupación sobre las posibles consecuencias de la austeridad planteada desde las instituciones europeas. El eurodiputado considera que podría alimentar el surgimiento de movimientos populistas y permitir a Vladimir Putin ganar la guerra en Ucrania.
«Eso significa que la austeridad volverá. ¿Y sabes lo que engendra la austeridad? Engendra a la extrema derecha. Engendra populismo nacional», dijo Lamberts. Al igual que ocurre con determinados medios de comunicación y partidos políticos en España, lo que más preocupa para algunos en Europa es el auge de la derecha ante los desvaríos y consecuencias negativas de las políticas de los actuales gobernantes.
Este miércoles se prevé que se vote en Estrasburgo la reforma del Pacto de estabilidad y crecimiento, un conjunto de normas que rige las deudas y déficits nacionales en la UE. Aunque los ministros de Finanzas de los Estados miembros llegaron a un acuerdo en diciembre pasado, partes del paquete aún deben ser negociadas con el Parlamento Europeo en los llamados diálogos tripartitos o trílogos.
¿Cuál es la solución que propone Lamberts? Mantener el gasto e incrementar las inversiones. Una huida hacia adelante porque, antes o después, se tendrá que recortar el gasto para poder pagar la deuda. Esto es parte de lo que propone la derecha europea, preocupada por el coste que tiene para los ciudadanos determinadas partidas presupuestarias como la de inmigración y la de ampliación europea.
Para asustar a parte del electorado, el copresidente de los Verdes proyectó escenarios como el de la posible victoria de Marine Le Pen en las presidenciales francesas, o la vuelta de Donald Trump.
El eurodiputado también hizo hincapié en la necesidad de aumentar el gasto militar (algo impensable hace unos años en los Verdes), destacando la importancia estratégica de invertir más en defensa, en especial dado el contexto actual de tensiones en las fronteras de la Unión.

Malas encuestas

Las últimas encuestas electorales señalan una pérdida de apoyos considerable de los Verdes en las próximas elecciones respecto a las de 2019. Aún así, señaló que «harían todo lo posible para descarrilar el proceso [de las negociaciones de deuda]».
El actual Ejecutivo comunitario, en manos de Von der Leyen, es resultado de una coalición entre populares, socialistas y liberales. Fuentes de la Comisión aseguran que se había pactado de manera extraoficial en 2019 que los Verdes tuvieran en la siguiente legislatura un peso especial como manera de asegurar una política climática continuista.
Las legislaciones verdes han sido las más polémicas de los últimos años y las que más tensión han creado en todas las instituciones. Como resultado, los Verdes están perdiendo gran parte del apoyo y, con ello, la credibilidad. Es obvio que la derecha se beneficiará de ello, en especial si logran plasmar cierto sentido común a sus propuestas.
Las posiciones más radicales climáticas las representaba Frans Timmermans, ya en Países Bajos como cabeza visible de la coalición de izquierdas. La ley de protección del suelo fue diezmada con enmiendas y sigue provocando revueltas por todo el continente de trabajadores del sector primario, tal y como ocurrió en Países Bajos y está ocurriendo en estos momentos en Alemania.
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