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07 de mayo de 2024

Iraníes queman una bandera israelí durante una manifestación que conmemora el día de Al Quds en Teherán, Irán

Iraníes queman una bandera israelí durante una manifestación que conmemora el día de Al Quds en Teherán, IránEFE

La guerra soterrada entre Israel e Irán amenaza con escalar hasta convertirse en un conflicto directo

El ataque contra la embajada de Irán en Damasco, atribuido al Ejército israelí, ha provocado la furia de la República Islámica, que ha advertido de que este acto no quedará sin respuesta

La tensión entre Israel e Irán amenaza con desbordarse. El ataque contra la Embajada de Irán en Damasco, que se atribuye al Ejército israelí, y que acabó con la vida de siete altos rangos de la Guardia Revolucionaria iraní (IGCR) entre los que se encontraba Mohamad Reza Zahedi, comandante en Siria y Líbano de las fuerzas Al-Quds, ha provocado la furia de la República Islámica. Se trata del ataque más significativo contra este cuerpo, fundado por el propio ayatolá Ruhollah Jomeini, desde que, en 2020, Estados Unidos eliminara, en un ataque con drones en el aeropuerto de Bagdad, al general iraní Qasem Soleimani.
Israel es consciente de que la República Islámica atacará y por ello ha puesto en alerta máxima a todas sus tropas. Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) anunciaron, esta semana, la suspensión de todos los permisos de los soldados y llamaron a filas a los reservistas para reforzar las unidades de defensa aérea. La señal GPS también ha sufrido interrupciones, como medida de protección para evitar ataques que necesiten de esta tecnología. Los israelíes de a pie han sentido la amenaza y se han echado a las calles para hacer acopio de generadores, alimentos o agua, entre otros productos básicos.
El desconcierto ha llegado hasta tal punto que el portavoz del Ejército israelí, Daniel Hagari, tuvo que recurrir a su cuenta de X, antes Twitter, para tranquilizar a los ciudadanos. «No hay necesidad de comprar generadores, ni de almacenar comida ni de sacar dinero de los cajeros automáticos», aseguró el contraalmirante. Sin embargo, la amenaza iraní es real. «Sería muy sorprendente si Irán decide no vengarse», confiesa Raz Zimmit, investigador especializado en Irán del Instituto de Estudios de Seguridad Nacional de Israel (INSS), durante un encuentro con periodistas.
La verborrea habitual del régimen iraní y sus peroratas contra Israel y Estados Unidos han adquirido un nuevo significado. Esta vez, desde el país hebreo se toman muy en serio las amenazas proferidas por el círculo íntimo del líder supremo de Irán, Ali Jamenei, que es quien realmente ostenta el poder en el país persa y toma las decisiones en política exterior. Este fin de semana, un asesor militar de Jamenei apuntó directamente a atacar las embajadas de Israel como represalia. «Ninguna embajada israelí es segura», prorrumpió, el general de la Guardia Revolucionaria, Yahya Rahim Safavi.
El experto en Irán apuesta a que la más que anunciada venganza de la República Islámica provendrá del propio país persa y que, en esta ocasión, no arengará a sus aliados en la región como Hezbolá, en Líbano, los hutíes, en Yemen, o las milicias iraquíes para que ataquen objetivos israelíes o estadounidenses en la región. Zimmit apunta que lo más probable es que Teherán ataque delegaciones diplomáticas israelíes en terceros países. «Irán está más preparado que nunca para correr riesgos, pero no desea una guerra directa con Israel ni Estados Unidos», explica el investigador del INSS. Israel ya elevó, la semana pasada, el nivel de alerta de todas sus embajadas y misiones diplomáticas en el extranjero.
El parlamentario conservador iraní Jalal Rashidi Kuchi fue mucho más preciso en sus amenazas y sugirió atacar directamente la Embajada de Israel en Azerbaiyán. Un ataque contra suelo israelí es, en opinión de Zimmit, un escenario mucho más improbable, aunque, dada la gravedad de la situación, no se puede descartar del todo. «Israel podría contener una escalada si el ataque iraní no provoca víctimas mortales», señala el experto que, además, asegura que un enfrentamiento directo entre ambos países arrastraría a la guerra a la milicia chií libanesa, Hezbolá. El Partido de Dios ha intentado desvincularse de una futura venganza de Irán.
El líder de Hezbolá, Hasan Nasrallah, durante un discurso, aseguró que la responsabilidad de vengarse por el ataque contra la Embajada de Irán en Damasco recae sobre Teherán. «Tengan la seguridad de que la respuesta iraní al ataque al consulado de Damasco definitivamente se dirigirá contra Israel», aseguró el secretario general de la milicia chií libanesa, desvinculándose de cualquier posible acto contra el país vecino. Todas las miradas están puestas en Teherán. La pregunta deja de ser cómo responderá Irán, para pasar a centrarse en el cuándo.
Zimmit subraya que la República Islámica siempre se ha caracterizado por aplicar su mayor premisa, la «paciencia estratégica», que se basa en responder a las agresiones israelíes a través de sus aliados en la región. Sin embargo, el ataque israelí contra la Embajada de Irán en Damasco ha tensionado al máximo esta política y amenaza, una vez más, con sacar a la superficie la guerra soterrada que libran Irán e Israel desde hace décadas.

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