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El populista Milanovic arrasa en presidenciales croatas

El populista Milanovic arrasa en presidenciales croatasAFP

El populista Milanovic arrasa en las presidenciales y es reelegido como presidente de Croacia

La controvertida figura socialdemócrata logra el 75% de los votos tras un mandato lleno de enfrentamientos políticos, mensajes nacionalistas y críticas a la Unión Europea

Zoran Milanovic, conocido por su estilo populista y posturas controvertidas, ha sido reelegido como presidente de Croacia tras obtener el 75 % de los votos en las elecciones de este domingo. Este resultado representa el triunfo más contundente de un candidato presidencial desde la independencia del país en 1991. Su victoria, sin embargo, refleja un panorama político marcado por tensiones internas y polarización.

En sus primeras declaraciones tras el recuento casi total de los votos, Milanovic, de 58 años, afirmó que no ejercerá presión sobre el Gobierno conservador liderado por el primer ministro Andrej Plenkovic, pero dejó claro que «habrá que dialogar». Por su parte, su contrincante, Dragan Primorac, respaldado por el partido HDZ, obtuvo el 25 % de los votos.

Milanovic, ha sido reelegido como presidente de Croacia tras obtener el 75 % de los votos en las elecciones

Milanovic, ha sido reelegido como presidente de Croacia tras obtener el 75 % de los votos en las eleccionesAFP

El actual primer ministro, Plenkovic, evitó felicitar al presidente reelecto y lo acusó de violar la Constitución, recordando una advertencia del Tribunal Constitucional en abril sobre la injerencia de Milanovic en las elecciones legislativas. Esta confrontación subraya una de las características distintivas del primer mandato del presidente: constantes roces y hasta insultos entre ambas partes, lo que paralizó decisiones importantes como el nombramiento de embajadores en países clave como Francia y el Reino Unido.

Un mandato polémico y mensajes polarizadores

Milanovic, quien fue primer ministro entre 2011 y 2016 con el Partido Socialdemócrata (SDP), comenzó su carrera como una figura progresista, pero en los últimos años ha adoptado discursos nacionalistas, euroescépticos y prorrusos. Su postura crítica hacia la invasión de Ucrania y su oposición al envío de tropas croatas a misiones de la OTAN han sido objeto de controversia. Aunque durante la campaña electoral moderó su tono, Milanovic llegó a afirmar que intentaría detener al presidente ruso, Vladímir Putin, si visitara Croacia, en un intento por distanciarse de las acusaciones de ser prorruso.

Primorac, respaldado por el partido HDZ, obtuvo el 25 % de los votos

Primorac, respaldado por el partido HDZ, obtuvo el 25 % de los votosAFP

Pese a que el cargo presidencial en Croacia tiene funciones mayoritariamente protocolarias, Milanovic ha utilizado su posición para convertirse en un contrapeso al HDZ, partido que ha dominado la política croata durante décadas pero que ha estado salpicado por diversos escándalos de corrupción. Muchos analistas señalan que esta estrategia fue clave para su reelección.

El futuro político de Croacia

El primer ministro Plenkovic calificó el resultado electoral como una «llamada de atención» para su partido, que deberá prepararse para las elecciones locales de mayo. Mientras tanto, Sinisa Hajdas Doncic, líder del SDP, celebró la victoria como un impulso para la formación socialdemócrata en su objetivo de recuperar relevancia política.

Milanovic y Primorac se enfrentaban en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales en Croacia

Milanovic y Primorac se enfrentaban en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales en CroaciaAFP

Croacia, miembro de la Unión Europea desde 2013 y de la OTAN, enfrenta desafíos significativos en materia de política exterior, especialmente en el contexto de la guerra en Ucrania y las tensiones dentro de la Unión. Milanovic, con un enfoque crítico hacia los «burócratas europeos», tendrá que equilibrar su retórica populista con las necesidades diplomáticas del país.

En este segundo mandato, se espera que Milanovic enfrente el reto de reconducir las relaciones con el Gobierno conservador para abordar cuestiones clave, como la política exterior y los servicios de inteligencia, donde ambas partes deben trabajar conjuntamente. Su capacidad para superar las divisiones internas definirá en gran medida el legado de su presidencia.

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