Merz, abocado tras su triunfo a negociar con la izquierda mientras la AfD se convierte en segunda fuerza

Sin duda Friedrich Merz ganó las elecciones con un 28,52 %. En la Konrad-Adenauer-Haus, sede del CDU el domingo por la noche sus seguidores celebraban pletóricos una victoria que, aunque dulce, les ha sabido también algo amarga.

Poder formar gobierno no será tarea fácil. Para llevar a cabo sus planes, Merz tendrá que conseguir una coalición sólida y su socio habitual el Partido Liberal (FDP), ha quedado fuera de Parlamento y los socialistas (SPD) han sufrido una caída enorme. Aunque, finalmente, las cuentas le salen y los votos del SPD de Olaf Scholz son suficientes para formar una coalición de gobierno con ellos.

Friedrich Merz subió al escenario a las 18:35 para proclamar: «Hemos ganado las elecciones al Bundestag», gracias a que «la unión CDU y CSU han trabajado bien juntas».

A la derecha de Merz se encontraba Markus Söder, presidente de la CSU y ministro presidente de Baviera. Ambos se dieron mutuamente las gracias. Söder dijo: «El mundo está desordenado, ahora hay que ponerlo en orden. La gente confía en un partido y en un hombre: Friedrich Merz».

Poco después, la voz del canciller Olaf Scholz resonaba en la pantalla felicitando por la victoria a Merz.

¿Con qué coalición?

Pero el legítimo momento de triunfo abre un interrogante: ¿con qué coalición? Esa es la pregunta que permanece y permanecerá abierta por un tiempo. Por eso, con todo, la alegría es contenida.

Los políticos del SPD ya le ajustan cuentas a Scholz

Por su parte en la sede de los socialistas el canciller saliente sufría una aparatosa derrota cayendo a un 16,4 %, y los políticos del SPD ya le ajustan cuentas a Scholz: el «Canciller de la espera», le llaman. El fin del gobierno «progresista» de los tres partidos, que ha llevado al desencanto a los alemanes, marca una transición a una nueva era de la que nadie sabe qué esperar. Y menos aún los tres partidos que tendrán que luchar por sobrevivir en esta nueva era.

AfD (Alternativa para Alemania) se ve a sí mismo como un nuevo centro políticoAlice WeidelLíder de Alternativa por Alemania

Tras su victoria, pues duplica su porcentaje de votos y se convierte en la segunda fuerza política de Alemania, AfD (Alternativa para Alemania) se ve a sí mismo como un nuevo centro político y quiere tender la mano a la Unión Cristiano Demócrata. Y, sin embargo, las palabras que, al parecer, había preparado, se ajustaban a la situación. «Querían dividirnos por la mitad, pero ha ocurrido lo contrario», dijo la presidenta de la AfD. Alternativa para Alemania, «ahora está consolidada como partido popular» celebró su líder Alice Weidel.

Tino Chrupalla, co-lider del partido, proclamaba: «¡Ahora somos el centro político!». Weidel miró hacia el futuro y predijo un «fraude electoral» por parte del próximo canciller federal, Friedrich Merz (CDU), ya que había prometido un cambio de política, pero probablemente gobernaría junto con los partidos de izquierda.

Si esto ocurriera, «las próximas elecciones llegarían antes de lo que uno se imagina», dijo Weidel. Entonces, el AfD se convertiría en el partido más fuerte.

Weidel reiteró su oferta de «tender la mano para formar gobierno», un gobierno fuerte con el fin de «hacer realidad la voluntad del pueblo».

Los verdes se hunden

Los Verdes ocupan el cuarto lugar en las elecciones al Bundestag, Sus dos líderes, Robert Habeck y Annalena Baerbock se presentaron ante sus seguidores y celebraron una campaña donde, a la hora de la verdad, han salido mal parados. Han quedado mucho peor de lo que esperaba, en un 11,6 %, con una considerable pérdida de votos y de peso político.

Muy de refilón la nueva alianza de izquierda de Sahra Wagenknecht, sí entraría en el Parlamento. Una nueva izquierda con toques nacionalistas y anti inmigración ha conseguido por poco su objetivo.

Fórmulas posibles

Es pronto para especular sobre alianzas, pero Merz y el CDU/CSU necesitaría pactar a la izquierda y a la vista de los últimos resultados les darían los guarimos con los socialistas. Entre los dos suman 328 escaños y la mayoría está en 316. Es decir, estarían sobrados.

De otra parte, la voluntad del voto de los alemanes se inclina por un gobierno fuerte, estable y de derechas y solo AfD puede ofrecer esa estabilidad. Cualquier otra posibilidad no supondría el cambio prometido por el centro derecha. Cualquier otra posibilidad supondría un desengaño para una mayoría de alemanes tal y como se han decantado hoy en las urnas. Pero la búsqueda de alianzas aun tendrá su proceso y su tiempo.