Milicianos del PKK
El líder kurdo Öcalan anuncia la disolución del Partido de los Trabajadores de Kurdistán
Abdullah Öcalan hizo este jueves un llamamiento a entregar las armas para poner fin a la violencia en Turquía y acabar con un conflicto que dura ya 40 años
El encarcelado líder del Partido de los Trabajadores de Kurdistán (PKK), Abdullah Öcalan, hizo este jueves un llamamiento a entregar las armas para poner fin a la violencia en Turquía y acabar con un conflicto que dura ya 40 años y en el que han muerto, en combates y atentados, más de 45.000 personas.
Se trata de una declaración histórica, difundida por la propia milicia turca, en la que Öcalan justifica que «la lucha armada contra el Estado fue necesaria en su día debido a las políticas que negaban la identidad kurda y restringían los derechos y libertades» de esta minoría.
Sin embargo, el político asume que con las últimas «medidas democráticas adoptadas por el Gobierno turco –liderado por Recep Tayyip Erdogan– desde 2014 en relación con las cuestiones kurdas, junto con los acontecimientos regionales, la resistencia armada ya no tiene sentido». «Por lo tanto, el PKK debe disolverse», ordenó.
«Todos los grupos deberían abandonar las armas. El PKK debería disolverse. Hago este llamamiento y asumo la responsabilidad histórica», aseguró Öcalan, en un mensaje leído en una rueda de prensa por miembros del Partido por la Igualdad y la Democracia de los Pueblos (DEM), formación prokurda, que se reunieron hoy con él en la prisión donde cumple cadena perpetua desde hace 26 años.
Öcalan fue detenido el 15 de febrero de 1999 en una operación de los servicios secretos turcos en Kenia, trasladado a Turquía, juzgado por alta traición y condenado a cadena perpetua, que cumple en régimen de aislamiento en la prisión-isla de Imrali, frente a la costa de Estambul.
El llamamiento del fundador del PKK llega tras meses de contactos entre el partido progresista prokurdo DEM y el Gobierno islamista de Erdogan. No ha habido de momento, al menos oficialmente, contactos directos entre la guerrilla y la autoridades turcas.
El nuevo intento de acabar con el conflicto comenzó el pasado octubre cuando Devlet Bahçeli, el líder del partido ultranacionalista MHP y aliado del presidente turco, propuso que Öcalan acudiera al Parlamento para pedir públicamente el fin de la violencia.
Desde entonces, diputados del DEM se han reunido tres veces, la última hoy mismo, con Öcalan en prisión, creando expectativas de que se pudiera producir ese llamamiento al alto el fuego.