
EE.UU. e Irán constatan avances en Roma, pero persisten desacuerdos de fondo
EE.UU. asegura que ha habido «un buen progreso» en su negociación nuclear con Irán
Ambas delegaciones destacaron el carácter positivo del segundo encuentro, con la mediación de Omán, aunque las posturas siguen alejadas en cuestiones clave como misiles y apoyo regional
Durante una reunión de cuatro horas celebrada en Roma, representantes de Estados Unidos e Irán constataron avances significativos en sus conversaciones indirectas, según informó este sábado una fuente oficial del Gobierno de Donald Trump a la agencia EFE. Las partes acordaron mantener el canal de diálogo abierto con una nueva ronda de negociaciones programada para la próxima semana.
El encuentro, el segundo en este formato, se desarrolló bajo la intermediación del ministro de Asuntos Exteriores de Omán, Badr bin Hamad al Busaidi, quien actuó como mediador entre el enviado especial estadounidense para Oriente Medio, Steve Witkoff, y el ministro de Exteriores iraní, Abás Araqchí.
El portavoz del Ministerio de Exteriores iraní, Ismail Baghaei, calificó la sesión en Roma como «constructiva», destacando en la red social X el clima positivo que rodeó las discusiones. Según su versión, el papel de Omán fue determinante para mantener un tono diplomático y pragmático.
A pesar del consenso en torno al enfoque constructivo, subsisten notables discrepancias sobre el contenido y los límites de la negociación. Irán insiste en restringir el diálogo únicamente a su programa nuclear, excluyendo temas como su arsenal de misiles balísticos y su apoyo a grupos armados en la región, entre ellos los hutíes en Yemen y Hezbolá en Líbano.
Washington, por su parte, mantiene una posición más amplia, exigiendo no solo la reducción del programa nuclear, sino también una revisión del apoyo de Teherán a actores no estatales en Oriente Medio, así como del desarrollo de tecnología misilística. Esta postura fue criticada por la parte iraní durante una comparecencia en Moscú junto al canciller ruso Serguéi Lavrov. Allí, Araqchí advirtió que «demandas poco realistas por parte de EE.UU. solo dificultarán la posibilidad de alcanzar un entendimiento».
Desde su retorno a la presidencia, Trump ha retomado la estrategia de «máxima presión» contra Irán. En lo que va de su segundo mandato, ha impuesto al menos seis paquetes de sanciones dirigidas especialmente al sector energético iraní, con el objetivo de frenar la exportación de petróleo, principal fuente de ingresos del régimen.
Además, el mandatario republicano ha vuelto a amenazar con acciones unilaterales si no se logra un pacto, insinuando incluso su respaldo a posibles operaciones militares de Israel contra instalaciones nucleares iraníes.
Cabe recordar que durante su primer mandato, Trump decidió retirar a Estados Unidos del acuerdo nuclear firmado en 2015 entre Irán y seis potencias internacionales, que establecía límites al programa atómico de Teherán a cambio de un levantamiento progresivo de las sanciones económicas.
Mientras tanto, el proceso negociador se mantiene en una fase preliminar, sin resultados concretos, pero con la voluntad declarada de ambas partes de continuar explorando caminos diplomáticos, al menos en el corto plazo.