
Israel bombardea Damasco con aviones de combate tras pedir protección a la minoría drusa de Siria
Israel bombardea Damasco con aviones de combate tras pedir protección a la minoría drusa de Siria
La ofensiva aérea responde a la creciente presión sobre el régimen sirio para detener los enfrentamientos sectarios que han dejado más de un centenar de muertos en el sur del país
Israel ha ejecutado en la madrugada del viernes un ataque aéreo contra las inmediaciones del palacio presidencial en Damasco, en una acción que las autoridades israelíes describieron como un mensaje directo al régimen sirio, al que acusan de no proteger a la comunidad drusa en medio de una oleada de violencia sectaria que sacude el sur del país.
La operación, confirmada por el primer ministro Benjamin Netanyahu y el ministro de Defensa, Israel Katz, se produjo tras varios días de intensos enfrentamientos entre milicianos drusos y grupos armados asociados al nuevo gobierno sirio, que tomó el poder tras la caída del régimen de Bashar al Asad hace casi cinco meses. «No toleraremos movimientos de tropas sirias hacia el sur de Damasco ni amenazas dirigidas a la comunidad drusa», advirtieron ambos mandatarios en un comunicado conjunto, en el que acusaron al actual presidente interino, Ahmed al Sharaa, de permitir la persecución de esta minoría.
La tensión se intensificó tras los combates iniciados el lunes en Jaramana, a las afueras de la capital, y en localidades como Sahnaya y la provincia de Sueida, bastión druso cercano a la frontera con Israel. Según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH), los enfrentamientos han dejado al menos 102 fallecidos en los últimos dos días, entre ellos 30 efectivos de seguridad y milicianos leales al gobierno, 21 combatientes drusos y 10 civiles. En Sueida, 35 de los 40 drusos muertos habrían caído en una emboscada.
En este contexto, el líder espiritual de los drusos, el jeque Hikmat al Hajri, denunció lo que calificó como una «campaña genocida injustificada» contra su comunidad. En un mensaje difundido el jueves, criticó duramente al gobierno sirio, al que acusó de utilizar milicias extremistas para reprimir a su propia población. «Un gobierno que mata a su pueblo y luego culpa a elementos incontrolados no merece gobernar», sentenció.El bombardeo israelí también fue anunciado a través de los canales oficiales del ejército en redes sociales, donde se precisó que los cazas habían atacado «zonas estratégicas próximas al palacio presidencial», sin especificar más detalles. La acción se produce luego de que Israel Katz advirtiera que responderían «con fuerza significativa» si continuaban los ataques contra la población drusa.
La comunidad internacional no ha permanecido ajena a la crisis. Estados Unidos condenó la violencia contra los drusos y calificó de «inaceptables» tanto los ataques como la retórica incendiaria del régimen. La ONU, por su parte, hizo un llamado a todas las partes involucradas para actuar con «máxima contención» y evitar una mayor escalada del conflicto.
Israel, que ocupa desde 1967 los Altos del Golán —territorio que se anexionó en 1981 sin reconocimiento internacional— alberga a unos 24.000 drusos, quienes comparten vínculos históricos y religiosos con sus compatriotas sirios. En este contexto, la protección de esta minoría se ha convertido en un asunto de interés estratégico, político y comunitario para el Estado israelí.
Desde el inicio de la guerra en Siria en 2011, Israel ha llevado a cabo múltiples incursiones aéreas en territorio sirio, justificando sus acciones en la necesidad de frenar amenazas derivadas del conflicto interno sirio y la presencia de actores hostiles como Irán o Hezbolá. No obstante, el actual ataque representa una novedad en tanto se enmarca en una postura explícitamente protectora hacia una minoría religiosa específica, y no únicamente en clave de defensa nacional.

Edificio destruido en Damasco tras el ataque aéreo de Israel
En paralelo, el canciller israelí, Gideon Saar, apeló a la comunidad internacional para que actúe con celeridad en defensa de los drusos. «Es momento de que el mundo cumpla su papel protegiendo a las minorías sirias del régimen y sus milicias», declaró, en lo que parece un intento de abrir un nuevo frente diplomático sobre el deterioro de los derechos humanos en Siria.
Las autoridades sirias, por su parte, respondieron con firmeza a las acusaciones. Asaad al Shaibani, jefe de la diplomacia de Damasco, advirtió que cualquier intento de intervención extranjera «bajo cualquier pretexto» solo agravará la situación interna y alimentará aún más las divisiones.