Derechos para los árboles, no para los humanos
Socialistas y extrema izquierda reunidos en la Asamblea Parlamentaria de Euro-Lat en Lima querían dar derechos a los árboles mientras se los niegan a los venezolanos, a los cubanos, a los bolivianos y nicaragüenses
Más de 40 parlamentarios europeos han cruzado el Atlántico y viajado a Lima para celebrar la cumbre semestral de la Asamblea Parlamentaria de Euro-Lat que reúne a miembros del Parlamento Europeo con miembros de los tres parlamentos transnacionales iberoamericanos. Es uno más de los muchísimos viajes en misión multitudinaria que realiza el Parlamento Europeo con inmensos gastos y habitualmente resultados escasos cuando no nulos o peor aún, irrisorios.
Siempre es bueno que se vean parlamentarios de diversas regiones del mundo. Aunque convendría que fueran parlamentarios de verdad y no sicarios de dictaduras como son los supuestos diputados de los supuestos parlamentos de Cuba y Venezuela que estaban allí presentes para vergüenza de todos. Pero bien aplaudidos por los socialistas europeos. Por supuesto, el Partido Popular Europeo, que ahora pone al presidente de la parte europea de la Asamblea EuroLat con Gabriel Mato, es tan cómplice hacia la insufrible asistencia de sicarios de las dictaduras a las cumbres EuroLat como lo fue en la pasada legislatura el socialista, Javi López. En el documento final desaparecieron todas las alusiones a dictaduras en América.
Pese a todo ello se impone la asistencia. Aunque muchos de los debates sean grotescos precisamente por el control que la izquierda tiene sobre estos encuentros, es muy importante la asistencia de las fuerzas nacionales, patriotas y conservadoras, comprometidas con la lucha contra el narcosocialismo y el crimen organizado del Foro de São Paulo y el Grupo de Puebla que controlan toda la izquierda iberoamericana y ya no poca europea. Hoy hay, gracias a Vox un muy firme y movilizado interés entre esas fuerzas europeas por llevar la batalla cultural y antisocialista también a estos foros que hasta hace poco más de un lustro eran unos encuentros de cortesía donde la parte europea era toda española y en los que la izquierda imponía todos sus mensajes y los populares se daban por satisfechos si lograban sacar de los informes y documentos conjuntos algunos pasajes disparatados por comunistas y radicales.
Por eso resistiendo todo el rechazo que generan los espectáculos de consenso corrupto que tiene la menguante mayoría de populares, socialistas, verdes y comunistas en el Parlamento Europeo, la asistencia a estos encuentros es poco menos que obligada. Aunque solo sea para levantar en algún momento la voz contra los disparates que allí se forjan en mensajes de la izquierda iberoamericana que el consenso socialdemócrata europeo acostumbra a diluir un poco y después asume.
Los disparates no son menores. Y muchos ya no proceden solo de comunistas andinos o centroamericanos sino de ecologistas y socialistas europeos. Lo dice todo el hecho de que el mayor logro de este encuentro haya sido impedir que se aprobara un informe absolutamente delirante y poco menos que diabólico que pretende otorgar derechos propios a árboles, plantas, ríos y por supuesto animales.
Esa es ya la izquierda europea, con la que los populares tienen pactos en el Europarlamento para arrebatar todos los cargos a los grupos a su derecha, especialmente a Patriotas donde está integrado Vox. Precisamente Vox tenía derecho por la Ley D´Hondt a ocupar una vicepresidencia de la Asamblea Europea de EuroLat y le fue arrebatada por un acuerdo entre populares, socialistas y extrema izquierda.
Esa izquierda es la que quiere dar derechos a los árboles —no a los olivos españoles que arrancan por cientos de miles— pero se los niegan a los venezolanos, a los cubanos, a los bolivianos y nicaragüenses. Quieren que los ríos tengan derechos a no ser embalsados ni canalizados, pero apoyan la represión del narcosocialismo en toda Iberoamérica que deja sin derechos a cada vez más miles de presos políticos y desmantela las instituciones como un equipo coordinado con Pedro Sánchez en España.
Este informe iba firmado no por un lunático cacique y curandero de las huestes de Evo Morales sino por un eurodiputado socialista español, Cesar Luena, un socialista riojano que se entretiene con sus correligionarios en buscar formas contundentes de destruir toda posibilidad de vivir del campo, de mantener una agricultura rentable y viable y de lograr un crecimiento, aumento del bienestar y la prosperidad. Luena no estaba solo. Todos los socialistas y la izquierda europea apoyaron este lunático informe, que fue derrotado gracias a votos iberoamericanos con el centro y la derecha europea.
Este mismo Luena es el ponente del disparatado y criminal Reglamento Europeo sobre Restauración de la Naturaleza que se plasma en un cuadro terrorífico de ingeniería social y destrucción de infraestructuras con una visión radical y antihumana de la ecología. Con un adiós al etnocentrismo y a todo respeto por los intereses de los seres humanos y de los pueblos y naciones, en uno y otro engendro pretende acabar con una naturaleza al servicio del hombre y sacrificar al ser humano en aras de una naturaleza que pasa a tener derechos propios. Los socialistas quieren impulsar el reconocimiento jurídico de animales, montañas, ríos y árboles como sujetos de derecho, equiparándolos a los seres humanos.
Así terminó la cumbre de Lima con unos socialistas que perdieron su apuesta de dar derechos a la naturaleza para arrebatar todo derecho a los seres humanos a explotar el cultivo, animales y plantas y los recursos naturales para vivir razonablemente de ella. Pero conviene que todos sepan que perdieron gracias a diputados razonables de los países hispanos. Y que recuerden que estos socialistas, que entre la corrupción y el delirio ideológico son un peligro mortal para cualquier nación y sociedad, siguen manteniendo una firme coalición, como le gusta decir a Esteban González Pons, con el Partido Popular Europeo.