Manifestación en Corea del Sur en contra de Trump
Corea del Sur denuncia violaciones de derechos humanos en la mayor redada migratoria en EE.UU. en una década
Hace unos días más de 400 ciudadanos surcoreanos fueron detenidos en una planta de baterías en el estado de Georgia
Corea del Sur ha elevado una protesta formal a Washington y ha anunciado una investigación propia tras la detención masiva de más de 400 de sus ciudadanos en una planta de baterías de Georgia, en lo que se considera la mayor redada migratoria en Estados Unidos en la última década. El Gobierno de Seúl expresó su «profundo pesar» y pidió garantías de que los derechos de sus trabajadores no serán vulnerados durante los procesos judiciales abiertos por las autoridades estadounidenses.
Los surcoreanos afectados fueron arrestados el 4 de septiembre en una factoría operada por Hyundai, en el marco de un operativo del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE). Según este organismo, muchos de los trabajadores habían excedido la duración de sus visados o carecían de autorización laboral. El despliegue, que incluyó agentes armados y traslados en cadena, desató escenas de pánico y, de acuerdo con testimonios recogidos por medios locales, dejó a algunos empleados durante días en centros de detención sin información clara sobre su situación.
El presidente Lee Jae-myung calificó el episodio de «desconcertante» y advirtió de que este tipo de medidas puede frenar nuevas inversiones coreanas en Estados Unidos, pese a los acuerdos multimillonarios firmados recientemente para instalar fábricas y evitar aranceles. «Es práctica habitual enviar personal para levantar plantas en el extranjero; tratarlos como criminales es injustificable», dijo el mandatario.
El caso llega en un momento delicado para la relación bilateral. Corea del Sur es un socio estratégico en comercio y defensa, y Hyundai tiene en marcha varios proyectos en territorio estadounidense. La compañía ya ha confirmado que la apertura de la planta afectada sufrirá retrasos de al menos dos meses. Los sindicatos surcoreanos han exigido al presidente Donald Trump una disculpa oficial, aunque el mandatario intentó calmar la tensión este fin de semana asegurando que los trabajadores extranjeros son «bienvenidos» y que EE.UU. tiene mucho que aprender de la experiencia de países como Corea del Sur en sectores estratégicos.
Pancarta contra Trump en Corea del Sur
Las autoridades surcoreanas han prometido revisar uno a uno los testimonios de los más de 300 nacionales que regresaron a casa el pasado viernes, mientras continúan las gestiones para esclarecer posibles abusos en las detenciones y garantizar que los procedimientos respeten los estándares internacionales de derechos humanos.