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Donald Trump, presidente de EE.UU. y Vladimir Putin en Alaska

Donald Trump, presidente de EE.UU. y Vladimir Putin en AlaskaAndrew Caballero-Reynolds / AFP

¿Puede Putin atravesar el espacio aéreo europeo sin ser detenido para reunirse con Trump en Hungría?

Sobre el presidente ruso pesa una orden de arresto internacional emitida por el Tribunal Penal Internacional y, sobre el papel, el Gobierno de Viktor Orbán debería apresar a Putin

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció este jueves, tras mantener una conversación de más de dos horas con su homólogo ruso, Vladimir Putin, que ambos se reunirán de nuevo cara a cara en la capital de Hungría, Budapest, en «unas dos semanas», para, en palabras del propio Trump «ver si podemos poner fin a esta infame guerra entre Rusia y Ucrania». El Kremlin, por su parte, fue más cauto en sus declaraciones y puntualizó que antes del encuentro son necesarios muchos preparativos, ya que sobre Putin pesa una orden de arresto internacional emitida por el Tribunal Penal Internacional (TPI) y, para llegar hasta Budapest, el ruso debe atravesar el espacio aéreo de la Unión Europea.

De hecho, la propia Hungría es miembro del TPI y firmante del Estatuto de Roma por lo que, sobre el papel, estaría obligada a detener a Putin en cuanto pusiera un pie en su territorio, y todo esto a pesar de que el Gobierno de Viktor Orbán anunciara, el pasado mes de abril, su salida de la Corte con sede en La Haya. Esta retirada no entrará en vigor hasta junio de 2026. Aun así, el primer ministro húngaro garantizó este viernes durante una llamada con Putin que velará por su seguridad para materializar esa cumbre con Trump. «Orbán expresó su disposición a garantizar las condiciones para la organización en Budapest de una posible cumbre ruso-estadounidense», informó el Kremlin, en un breve comunicado.

Para abordar todos los obstáculos que puede presentar ese viaje a Hungría, el ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, se trasladará la próxima semana hasta Budapest para reunirse con el secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio. Orbán ya retó el pasado mes de abril al TPI cuando recibió al primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, sobre el que también se emitió una orden de detención internacional. La logística de esta cumbre es todavía más compleja cuando se entra analizar la posible ruta que debe seguir Putin hasta llegar a Hungría para sortear el espacio aéreo de la Unión Europea que tiene vetado –al igual que el de Estados Unidos– desde que este lanzara su invasión contra Ucrania.

El pasado mes de agosto, cuando Trump y Putin se reunieron cara a cara por primera vez en la base aérea de Anchorage, en Alaska, Washington tuvo que conceder un permiso especial al avión que transportaba al presidente ruso, un Ilyushin Il-96-300PU, para entrar en su espacio aéreo. Por lo que, la gran incógnita que se presenta ahora es qué ruta escogerá el inquilino de Kremlin para llegar a Budapest, y si los países europeos le concederán esa autorización especial para sobrevolar sus cielos. Por ahora, la Unión Europea se ha mostrado cauta ante esta posibilidad y, en boca de su portavoz Olof Gill, ha señalado que «cualquier reunión que impulse el proceso para lograr una paz justa y duradera en Ucrania es bienvenida».

Bruselas ha explicado además que no hay ninguna prohibición específica que impida la entrada de Putin o su ministro de Exteriores a territorio de la Unión Europea y que la decisión de abrir el espacio aéreo a aviones rusos es una decisión de cada Estado miembro. Por su parte, el ministro de Exteriores húngaro, Peter Szijjarto, ha insistido en que «por supuesto, nos aseguraremos de que [Putin] pueda entrar en Hungría, mantener aquí conversaciones fructíferas y luego regresar a su país». Teniendo en cuenta que ha sido Trump quien anunció y propició el encuentro con Putin en Hungría, lo más probable es que los aliados permitan que este último llegue a Budapest.

En caso negativo, el presidente ruso podría coger otras rutas más largas a través de la costa oriental del mar Negro y Turquía, a través de Bulgaria y Serbia o Rumanía hasta llegar a Hungría. De escoger esta opción, deberán ser los países miembros de la UE, Bulgaria o Rumanía, los que tendrían que dar su consentimiento y escoltar el avión de Putin a través de su espacio aéreo. Una segunda ruta alternativa, aunque más lenta, podría discurrir a través de Turquía, rodeando la costa sur de Grecia, para luego ascender por el espacio aéreo de Montenegro antes de sobrevolar Serbia.

La cumbre Trump-Putin en Hungría, miembro de la Unión Europea, será uno de los asuntos que estarán encima de la mesa de los líderes europeos durante la cumbre en Bruselas de la próxima semana. La elección de realizar la reunión en Budapest esconde, además, un simbolismo histórico para Ucrania. En esta capital, en 1994, el entonces presidente ruso Boris Yeltsin firmó el protocolo que reconocía la soberanía e independencia de Ucrania a cambio de que Kiev renunciara a sus armas nucleares. Veinte años después, en 2014, Putin no pestañeó al romper esa promesa anexionándose ilegalmente la península ucraniana de Crimea y, ocho años más tarde, al lanzar su invasión total contra el país vecino.

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