Imagen del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, junto al convicto Jeffrey Epstein
Estados Unidos
Claves sobre la relación entre Trump y Epstein: cómo empezó y por qué terminó
Congresistas del Partido Demócrata publicaron el pasado miércoles en el Comité de Supervisión de la Cámara de Representantes tres correos electrónicos que vinculaban al delincuente sexual convicto Jeffrey Epstein con el presidente de Estados Unidos, Donald Trump. En uno de esos mensajes, el multimillonario Epstein aseguraba que el republicano «pasó horas» con una de las víctimas en su casa. Muchos de estos correos fueron intercambiados en enero de 2019 entre Epstein y el periodista Michael Wolff, quien ha escrito libros críticos con Trump.
Horas después, los republicanos contraatacaron y publicaron más de 20.000 documentos sin filtrar relacionados con el caso Epstein para responder a lo que denuncian es un intento del Partido Demócrata de seleccionar los archivos de forma sesgada. El propio presidente estadounidense aseguró que se trataba de una campaña de difamación contra su persona para desviar la atención del cierre de Gobierno más largo de la historia de Estados Unidos. Además, el republicano pidió este viernes al Departamento de Justicia y al FBI que investiguen la relación entre Epstein y grandes figuras del Partido Demócrata, como el expresidente Bill Clinton.
«Ahora que los demócratas están utilizando el engaño de Epstein, que involucra a demócratas, no a republicanos, para intentar desviar la atención de su desastroso CIERRE DEL GOBIERNO y todos sus demás fracasos, le pediré a la fiscal general Pam Bondi y al Departamento de Justicia, junto con nuestros grandes patriotas del FBI, que investiguen la participación de Jeffrey Epstein y su relación con Bill Clinton, Larry Summers, Reid Hoffman, J.P. Morgan, Chase y muchas otras personas e instituciones para determinar qué estaba pasando con ellos y con él», aseveró el mandatario en una publicación en su red social, Truth Social.
Asimismo, Trump volvió a negar este viernes cualquier vínculo incriminatorio con el delincuente sexual e incluso señaló que el multimillonario, fallecido en prisión en 2019, «inventaba memos –abreviatura de la palabra inglesa memorandum–» sobre él, al tiempo que insistió en que se debería indagar sobre lo que Epstein sabía de figuras tan relevantes como Clinton.
¿Cuándo se conocieron Trump y Epstein y por qué acabó su relación?
Aunque Trump y Epstein fueron amigos durante años, el presidente de Estados Unidos ha reconocido en múltiples ocasiones que se distanciaron a principios de la década de 2000, dos años antes del primer arresto del convicto sexual. En una de las muchas entrevistas concedidas por el republicano, en 2002 en New York Magazine, aseguró que conoció al multimillonario hacía unos 15 años. Ambos frecuentaban los mismos lugares y tenían un círculo de amigos y conocidos muy parecido.
Trump, como magnate inmobiliario en Nueva York y Florida, y Epstein con su riqueza y sus conexiones en las altas esferas estadounidenses. Su relación incluía fiestas –donde tienen incluso fotos juntos–, cenas, conexiones en Palm Beach (Florida) y, por supuesto, Nueva York. Se desconoce hasta qué punto esta relación fue de amistad o de conveniencia por pertenecer al mismo círculo social.
También se desconocen los motivos reales de la ruptura de su relación y el distanciamiento entre Epstein y Trump. En su momento, medios estadounidenses informaron de que ambos hombres de negocios se habían enfrentado por hacerse con un inmueble en Palm Beach, pulso que terminó ganando el republicano. Además, Trump ha afirmado en varias ocasiones que Epstein le «robaba» a las empleadas que trabajaban en su spa de Mar-a-Lago, en Palm Beach. «Robó a gente que trabajaba para mí. Le dije: «No vuelvas a hacerlo nunca más». Lo volvió a hacer y lo eché del lugar, persona non grata», declaró Trump a los periodistas el pasado mes de julio.
¿Qué dicen exactamente los correos?
Los mensajes que han provocado tanto revuelo, incluso dentro de las propias filas del Partido Republicano, se han filtrado de manera sesgada y con saltos temporales. Un primer mensaje, datado en 2011, muestra un intercambio entre la conseguidora y entonces pareja de Epstein, Ghislaine Maxwell –que actualmente cumple una condena de 20 años por tráfico sexual de menores– y el propio delincuente sexual.
«Quiero que sepas que el perro que no ha ladrado es Trump», escribió Epstein, añadiendo que una de las víctimas, con nombre censurado, «pasó horas en mi casa con él (Trump)», algo que «él nunca ha mencionado». Maxwell respondió entonces: «He estado pensando en eso».
Otros dos correos publicados el pasado miércoles correspondían a mensajes privados entre Epstein y el periodista Wolff, muy crítico con Trump y que pasó horas entrevistando al magnate de las finanzas en su casa de Manhattan. En uno de ellos, escrito en 2015, ambos comentan una próxima entrevista del actual presidente de Estados Unidos con la cadena CNN, en la que Wolff le aconseja dejar que el ahora presidente se incriminara a sí mismo al negar cualquier relación con el financiero neoyorquino.
«Creo que deberías dejar que él solo se ponga la soga al cuello. Si dice que no estuvo en el avión ni en la casa, eso te da una valiosa ventaja política y de relaciones públicas. Puedes hundirlo de una manera que potencialmente te beneficie o, si realmente parece que podría ganar, podrías salvarlo, generando una deuda», escribió Wolff.
En un tercero, enviado en 2019, Epstein menciona que Trump le pidió renunciar a la membresía al balneario ligado a su residencia en Mar-a-Lago, aunque él insiste en que «nunca» fue miembro. «Por supuesto que él (Trump) sabía de las chicas, ya que le pidió a Ghislaine que parara», le dice Epstein al periodista, en referencia a la captación de menores de edad que trabajaban en Mar-a-Lago para su red de tráfico sexual por parte de Maxwell.
Ante estas filtraciones, intencionadas por parte de los demócratas, ahora gran parte del Partido Republicano pide a Trump que haga públicos todos los documentos para poner fin, de una vez por todas, a los rumores y teorías de la conspiración.