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29 de abril de 2024

Aquilino Cayuela
Aquilino Cayuela

Pasito a pasito hacia un mundo multipolar: dictadores hispanoamericanos en Pekín

La importante influencia en Hispanoamérica de Xi Jinping debería preocupar a Estados Unidos y a Europa

Actualizada 04:30

AME9273. BEIJING (CHINA), 13/09/2023.- Fotografía cedida por Prensa Miraflores que muestra al presidente venezolano, Nicolás Maduro (d), mientras se reúne con el presidente de China, Xi Jinping, en Beijing (China). En una reunión en el Gran Palacio del Pueblo, Xi expresó su apoyo a los esfuerzos venezolanos por mantener "la soberanía, la dignidad nacional y la estabilidad social del país, así como por resistir la injerencia externa" y dio la bienvenida a Maduro en su quinta visita a China desde que asumió el cargo en 2013, las cuales "reflejan la amistad fraterna" entre ambos países, según el líder del país asiático. EFE/ Prensa Miraflores /SOLO USO EDITORIAL/ SOLO DISPONIBLE PARA ILUSTRAR LA NOTICIA QUE ACOMPAÑA (CRÉDITO OBLIGATORIO)

El presidente de China, Xi Jinping, en Beijing con Nicolás Maduro en el Gran Palacio del PuebloEFE/Prensa Miraflores

El empeño en instaurar el nuevo orden multipolar se amplifica. No solo en el Oriente o en África, sino que crece la influencia de Xi Jinping también en América.
Xi ha recibido en este último curso a una larga lista de jefes de Estado y de gobierno, pero su creciente actividad diplomática se orienta a países en desarrollo y con líderes autocráticos. Sus acuerdos económicos y comerciales miran al alza la pretensión de liderar la gran alternativa a Occidente. Su importante influencia en Hispanoamérica debería preocupar a Estados Unidos y Europa.
Esta pasada semana, el presidente Xi Jinping ha recibido al el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, quien ha estado de visita en el gigante asiático. Lo medios Chinos difundieron las manifestaciones de los dos jefes de Estado anunciando el estrechamiento de las relaciones China-Venezuela en una «asociación estratégica a prueba de todo y en todo tiempo» -en palabras del mismo Xi.
Entre autócratas anda el juego, aunque uno sea el gran autócrata que pretende el liderazgo mundial y el segundo un vasallo dictador bananero, porque Xi ha destacado que China y Venezuela son «buenos amigos, buenos socios, que gozan de confianza mutua para un desarrollo común».

Las afinidades

Según Xi, «durante los últimos años, China y Venezuela han pasado por extraordinarios procesos de desarrollo, y las dos partes se han apoyado mutuamente en medio de las vicisitudes internacionales, forjando férrea amistad».
China ciertamente ha desarrollado sus relaciones con Venezuela, gracias al deterioro del país que, gracias a Hugo Chávez y Maduro, pasó de ser la primera potencia en desarrollo del sur de América a la miserable situación en que se encuentra actualmente, bajo la bota de Maduro, donde los ciudadanos tienen racionada hasta el agua.
Esta es la Venezuela que gusta a Xi y a la que apoya firmemente en sus esfuerzos por salvaguardar la soberanía de su régimen, por eso ha prometido «respaldar sólidamente la justa causa venezolana y oponerse a la interferencia externa».
El establecimiento de esa «asociación estratégica a prueba de todo y en todo tiempo» que ha afirmado Xi, entre China y Venezuela, está en consonancia con sus expectativas de política exterior imperial, traspasada por su firme y sincera ideología marxista–leninista, que Xi quiere extender globalmente como alternativa al capitalismo liberal. Xi promueve un nuevo desarrollo histórico.

La «China de hoy» sustituye, cada vez más el papel de la «Unión Soviética de ayer» en Hispanoamérica

La «China de hoy» sustituye, cada vez más, el papel de la «Unión Soviética de ayer» en Hispanoamérica, con Venezuela, Cuba y Nicaragua como baluartes. Es China quien ha movido el cambio de la mayor parte de gobiernos latinoamericanos que han girado a una nueva izquierda populista con el liderazgo de la Venezuela chavista de Maduro.
Ambas partes quieren implementar los resultados de esta 17.ª reunión de la Comisión Mixta de Alto Nivel China-Venezuela para fortalecer su cooperación práctica.
China, por esto, quiere ante todo premiar y potenciar al gobierno de Maduro y se encuentra en disposición de ampliar las importaciones de productos especiales y de alta calidad de Venezuela. También felicita a este país por convertirse en el primer país del continente americano en unirse a la cooperación en la «Estación Internacional de Investigación Lunar» (ILRS, por sus siglas en inglés) motivada por China.
Las dos partes necesitan colaborar estrechamente en mecanismos multilaterales como la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y el «Grupo de los 77 (G77) y China», reforzar la solidaridad y la cooperación con otros países en desarrollo, salvaguardar en común los propósitos y principios de la Carta de la ONU y defender los intereses comunes de los países en desarrollo.
La parte china concede gran importancia al desarrollo de las relaciones entre China y América Latina y el Caribe (ALC). El próximo año se cumplirá el décimo aniversario del establecimiento del Foro China-Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC).
China tiene la voluntad de trabajar con Venezuela y otros países de la región para impulsar la cooperación general entre China y ALC y construir conjuntamente la comunidad de futuro compartido entre China y ALC. China ejerce un mayor padrinazgo geopolítico en América, algo que en EE. UU. y Europa debería preocupar y mucho.
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