La red Ionity es de las más rápidas y... caras. el número de estaciones es aún pequeño

La red Ionity es de las más rápidas y... caras

Electrificación

Escasos, lentos y averiados: los cargadores precarios que hay en España y los que nos exige Europa

Con la actual red de cargadores es impensable plantearse el crecimiento exponencial de coches eléctricos que anticipa Europa

La electrificación del automóvil es, a día de hoy, el único camino que ha dejado abierto Europa, que ya ha aprobado la prohibición de la venta de coches de combustible en 2035.
Los fabricantes han hecho ya los deberes con nota. La oferta de coches eléctricos e híbridos es ya lo suficientemente amplia y solvente como para que ya no se considere un problema. Los coches eléctricos son caros, sin duda, pero debería bajar de precio el día que se aumente su producción y venta, algo que parece complicado mientras la infraestructura de carga sea tan mala como la que tenemos.

Infraestructura mala

Desde Europa, dentro de sus planes de electrificación, plantearon que España debería haber cerrado 2022 con unos 45.000 cargadores en funcionamiento. La realidad es que, según datos de la asociación de fabricantes Anfac, a finales de diciembre de 2022 no había más que 18.120 puntos de recarga en funcionamiento.
Una brecha de 27.000 cargadores que resulta insalvable para la multitud de conductores que al no disponer de punto de carga particular debería usar uno público. Anfac es el único organismo que contabiliza los puntos de recarga en funcionamiento, no los que están ya ‘colocados’ pero no activos.
Muchos de los cargadores no funcionan o ni si quiera tienen los permisos

Muchos de los cargadores no funcionan o ni si quiera tienen los permisos

De hecho, según el Observatorio Europeo de Combustibles Alternativos (EAFO) ya contamos con 34.400 cargadores desplegados, lo que significa que hay 16.280 cargadores instalados, pero que no están aún activos por múltiples causas.

La burocracia

La burocracia es uno de los principales problemas. Tenemos constancia de que existen cargadores instalados desde hace dos años que están a la espera de las pertinentes licencias de Industria para poder ofrecer servicio a los consumidores, lo que es una ruina tanto para los propios conductores como para las empresas que realizan la inversión.
Y hay que matizar que las inversiones para este tipo de instalaciones pueden superar los 800.000 euros en el caso de puntos de carga de alta velocidad, y los 200.000 para los rápidos de corriente continua.
Europa nos pide alcanzar este año una cifra entre 80.000 y 100.000 puntos de recarga, cuando la realidad es que difícilmente llegaremos a disponer de los que necesitábamos el año pasado.
En Valencia algunas farolas funcionan ya como cargadores lentos

En Valencia algunas farolas funcionan ya como cargadores lentos

Ni hablemos ya de los 220.000 cargadores que la Comisión europea plantea que deberíamos tener en 2030.

Rotos y... lentos

Con este panorama no es de extrañar que los cargadores ya existentes tengan un mantenimiento deficiente, pues se trata de unas inversiones ruinosas para las empresas que están detrás. Es la pescadilla que se muerde la cola, pues si no hay parque eléctrico suficiente nunca serán rentables.
Para rizar el rizo, más del 80 % de los cargadores desplegados tiene menos de 22 kW de velocidad de recarga, una cifra muy alejada de lo que pide la UE, que habla de cargadores rápidos de 150 kW, con capacidad para recargar un coche eléctrico hasta siete veces más rápido.
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