
Entrevista a Ralph Natale de Valuetainment Short Clips
Ralph Natale (1935-2022)
El primer soplón de la mafia norteamericana
Capo de Filadelfia a finales de los noventa, aceptó cooperar con la Policía: el resultado fue desigual

Ralph Natale
Fue el símbolo de una época, entre los setenta y los noventa, en la que todo estaba permitido a los mafiosos norteamericanos.
El «mandato» de Ralph Natale al frente de la mafia de Filadelfia duró, oficialmente, cuatro años, entre 1995 y 1999. Pero su influencia en el universo del crimen organizado en aquella urbe traspasó con creces este corto periodo. Otro rasgo original de su trayectoria es su temprana ruptura con el clan representado por su padre en contra de una de las tradiciones mafiosas más arraigadas. Prefirió ponerse al servicio del capo Félix «Skinny» di Tullio –con quien aprendió el «oficio»– antes de convertirse en la persona de confianza de otro capo, Angelo Bruno, en cuyo nombre llegó a controlar una sección local del Sindicato de Camioneros. Cuando otro dirigente pidió su cese, Natale ordenó su asesinato. Dicho y hecho.
El episodio le sirvió para hacerse un nombre propio y, por ende, consolidar su poder en el sindicato, si bien Bruno seguía siendo la máxima autoridad. Por esa vía pudo acceder a Jimmy Hoffa, el carismático y controvertido jefe del sindicato a nivel federal. En Last Don Standing: The Secret Life of Mob Boss Ralph Natale –libro en el que participó el propio capo–, el reportero Larry McShane y el productor arrojan algo de luz sobre los extraños últimos meses de la vida de Hoffa en 1975. Los dos autores sostienen que cuando Hoffa salió de la cárcel, pretendió dirigir de nuevo el sindicato, pese al impedimento legal. Viajó a Filadelfia, conocedor de la importancia de sus votos. Bruno se oponía con uñas y dientes a la candidatura. Natale adoptó una postura de prudente neutralidad. Los tres mantuvieron un encuentro en un bar. «Casi percibí el olor de la tierra de su propia tumba», recordó Natale. Poco tiempo después, Hoffa desapareció para siempre, siendo declarado oficialmente muerto siete años más tarde. El libro relata, asimismo, la implicación de la mafia de Filadelfia en la organización de los combates entre Muhammad Ali y Sonny Liston, de los que el FBI siempre sospechó que estaban amañados.
Fue, sin embargo, el intento de esa misma mafia de Filadelfia de hacerse con el mando de los casinos de Atlantic City (Nueva Jersey) los que motivaron el encarcelamiento y posterior enjuiciamiento de Natale. La detención se produjo por su implicación en el incendio provocado de un almacén de muebles, acción enmarcada en un fraude de seguros. Pero de una investigación exhaustiva se desprendió la extensa lista de delitos de Natale, que abarcaban otros homicidios y tráfico de drogas a gran escala. Recibió diversas penas de entre 12 y 15 años de cárcel. Entre barrotes, Natale no permaneció inactivo y forjó una alianza con otro capo, Joey Merlino, de cara a hacerse con el mando total de la mafia de Filadelfia. El acuerdo duró hasta la traición de Merlino. Natale decidió entonces, para evitar la cadena perpetua, colaborar con la Policía. Un hito: nunca antes en la historia de la mafia norteamericana un capo había llegado a tanto. Que sus confesiones solo destruyeran a Merlino a medias es lo de menos.