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29 de marzo de 2024

Alvaro Colom

Alvaro ColomEFE

Álvaro Colom (1951-2023)

El socialdemócrata que no consiguió enderezar el rumbo de Guatemala

La buena fama cosechada como empresario y gestor humanitario no se proyectó en sus cuatro años al frente del país centroamericano

Alvaro Colom icono
Nació el 15 de junio de 1951 en Ciudad de Guatemala, donde falleció el 23 de enero de 2023

Álvaro Colom Caballeros

Ingeniero industrial, empresario del sector textil, entró en política desde la sociedad civil. Presidió Guatemala entre 2008 y 2012.

Es frecuente en la época contemporánea que antiguos mandatarios sean detenidos acusados de corrupción; lo es mucho menos que un expresidente lo sea en compañía de la mayor parte de sus antiguos ministros. Sin embargo, es lo que ocurrió a Álvaro Colom, presidente de Guatemala entre 2008 y 2012, el 13 de febrero de 2018, a instancias de la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala (CICIG). La entidad creada de común acuerdo por Naciones Unidas y por el Gobierno de Guatemala en 2007 –y cuya actividad apoyó con entusiasmo desde la presidencia– le acusaba de irregularidades en la concesión de líneas de autobuses de transporte público.
Según la Cicig, las empresas que obtuvieron aquellos contratos públicos fueron posteriormente eximidas del pago de impuestos. Colom, por su parte, siempre se defendió de las acusaciones. En 2021, el Departamento de Estado norteamericano le incluyó entre los «actores corruptos» de Centroamérica en un informe remitido al Congreso. Sea como fuere, Colom nunca fue llevado a juicio y su fallecimiento excluye automáticamente cualquier acción penal aún vigente.
Lo cual no quita importancia al sentimiento general de decepción dejado por el mandato de Colom. En primer lugar, porque era el primer presidente de izquierdas de Guatemala en más de medio siglo. Además, de una izquierda pragmática y reformista y no sometida, en sus aspectos geoestratégicos, a los designios del eje conformado por Venezuela, Cuba, Bolivia y Nicaragua. En el plano interno, las esperanzas cimentadas por la candidatura de Colom reposaban sobre la buena reputación que se labró como empresario y gestor humanitario.
Colom, ingeniero industrial de formación, destacó desde mediados de los setenta como empresario textil del sector de la maquila, aquellas compañías que importan en condiciones fiscales muy favorables y cuyos productos se comercializan en el país de origen de la materia prima. El rápido éxito cosechado le permitió escalar peldaños en la patronal del ramo y en la Cámara de Industria de Guatemala, cuya Comisión de Vestuario y Textil llegó a presidir. Todos esos logros fueron consumados en medio de la guerra civil que asolaba al país centroamericano.
Los inicios de Colom en política se produjeron una vez alcanzada la paz, siendo uno de los encargados de gestionarla -tras un fugaz paso de cinco meses como viceministro de Economía del controvertido presidente Jorge Serrano- al frente del Fondo Nacional para la Paz, Fonapaz, atalaya desde la cual, y con eficacia, repatrió y reubicó a miles de refugiados, impulsó la construcción de viviendas y repartió ayuda humanitaria. Colom creyó que eran credenciales suficientes para alcanzar prontamente la presidencia de la República. Más tuvo que esperar a su tercera candidatura, la de 2007, tras los fracasos de 1999 y 2003.
Los cuatro años en los que rigió los destinos de Guatemala empezaron, según su ideología y programa electoral, con ambiciosos planes sociales y educativos –«Escuelas Abiertas», « Bolsa Solidaria», «Mi Familia Progresa»…–; pronto eclipsados por los problemas endémicos del país y por episodios turbios como el asesinato del cantante argentino Facundo Cabral que, si bien no implicaban al poder, emponzoñaban la vida pública. Tampoco ayudó el divorcio, algo artificial, de Colom y su esposa Sandra Torres, destinado a facilitar las ambiciones presidenciales de esta última. Era una forma de sortear el nepotismo oficialmente prohibido. Pero la Corte de Constitucionalidad desbarató la maniobra.
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