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29 de marzo de 2024

HorizonteRamón Pérez-Maura

Una hija predilecta que odiaba

Me parece que hubiera sido más importante que Vox aceptara votar con el PP unos presupuestos a los que no han sido capaces de hacer la más mínima oposición. Si se hubieran sentado a negociar con Martínez-Almeida, Almudena Grandes no sería hija predilecta de Madrid 

Actualizada 03:51

Nunca es más difícil escribir un artículo que cuando sabes que te va a generar una discrepancia en tu casa, en este caso con mi mujer. También las tengo con mis hijos por razones opuestas. Ayer vimos al director del Instituto Cervantes, Luis García Montero, salir a criticar al alcalde de Madrid por haber dicho Martínez-Almeida que él no le hubiera dado la condición de hija predilecta de Madrid a la escritora Almudena Grandes, la difunta mujer de García Montero. Y Almeida hizo una manifestación de posibilismo político que quizá no guste a muchos, pero que en los tiempos que corren, con la división multipartidista a izquierda y derecha, hacen inevitables concesiones que no gustan a los votantes.
En una votación anterior en el pleno del Ayuntamiento de Madrid, la totalidad del Grupo Popular había sufragado en contra de la concesión de esa distinción a Grandes. Ganaron e impusieron su criterio. En la nueva votación, lo que estaba en juego era sacar adelante o no los presupuestos del Ayuntamiento para 2022. Yo sinceramente creo que son mucho más importantes los presupuestos que el que Grandes sea o no hija predilecta de Madrid, que es más o menos un cero a la izquierda, por más que el poeta ruja. Yo también creo que hay que hacer una diferencia entre Grandes escritora y Grandes activista política. Yo no discutiré que los méritos literarios de Grandes le hagan digna de ser hija predilecta de Madrid, pero sí discuto que el odio visceral que ha manifestado en sus escritos y artículos periodísticos hacia personas como yo y toda mi familia le hagan ameritar ser predilecta de la ciudad en la que yo pago mis impuestos. Quien proclama odio a aproximadamente el cincuenta por ciento de sus conciudadanos no puede ser predilecta.
Aún así, estoy dispuesto a aceptar que hay cosas más importantes. Comparto con mi vecino Luis Ventoso la tesis de su columna Almeida se ha columpiado del pasado 29 de diciembre. Es intolerable haber suspendido la subvención a la Fundación Madrina que lucha contra el aborto. Desde el entorno de la Alcaldía se dice ahora que las razones eran de gestión de la fundación. Es posible. Pero entonces, empiece por explicar eso. El pasado 5 de noviembre yo publicaba aquí una columna titulada El valor de la mentira en Madrid denunciando que el alcalde hubiera hecho bandera de acabar con Madrid Central y el resultado fuera Madrid 360 que es más grande que Madrid Central. El alcalde explica ahora que es una imposición de sus socios de coalición. Es posible. Pero no sé por qué tengo yo la sensación de que Martínez-Almeida habla de Madrid 360 con un orgullo que para nada hace pensar que sea una imposición de sus aliados de Ciudadanos. 
Yo preferiría mil veces que una gran escritora como Almudena Grandes no fuera distinguida en Madrid después de desear todos los males a personas como yo –y les aseguro que yo jamás le deseé ninguna desgracia a ella–. Pero aún sin entender que se reconozca públicamente a quien promueve el odio, me parece que hubiera sido más importante que Vox aceptara votar con el PP unos presupuestos a los que no han sido capaces de hacer la más mínima oposición. Empezando por no sentarse a discutirlos con el alcalde. Si Vox se hubiera sentado a negociar con Martínez-Almeida, Almudena Grandes no sería hija predilecta de Madrid.  
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