Fundado en 1910

27 de abril de 2024

Aire libreIgnacio Sánchez Cámara

Extrema derecha

Vox no es la extrema derecha. Que defienda en su programa propuestas que molestan a la izquierda no significa que no encajen en la Constitución

Actualizada 04:27

El pacto entre el PP y Vox en Castilla y León es legal y legítimo. Se abusa con frecuencia de la expresión «extrema derecha» manejándola como insulto político. Cosa que sucede mucho menos con la expresión simétrica de «extrema izquierda». Claro que, si la izquierda es el bien, la extrema izquierda será el bien absoluto. Y si la derecha es el mal, la extrema derecha será el mal absoluto. Es un caso más de indigencia intelectual y hemiplejia moral que, por lo frecuente, a nadie pueda ya extrañar.
Aceptemos, con cierta resignación, el término e indaguemos qué es la extrema derecha. Desde luego, nada tiene que ver con el liberalismo, el conservadurismo, la democracia cristiana, el tradicionalismo, el movimiento reaccionario o las ideas contrarrevolucionarias. Tal vez, el fascismo. Probablemente el autor, por lo demás excelente escritor y brillante ideólogo, que presagió con su obra los perfiles inquietantes del fascismo fue, como puso de relieve Isaiah Berlin, Joseph de Maistre. A pesar de que su fundador, Benito Mussolini, fuera un antiguo militante socialista. Mucho más dudoso, probablemente falso, es que el nazismo tenga algo que ver con la derecha clásica. La autodenominación no ofrece dudas: nacionalsocialismo. Es socialista y nacionalista, aunque casi nada tenga que ver con Ferdinand Lassalle. Pongamos, pues, que la extrema derecha sea el fascismo. No cabe duda de que Vox, sea lo que sea, no es un partido fascista. Nació de una escisión del PP promovida por militantes descontentos con la orientación política general de su partido, que habría virado demasiado hacia el centro. Vox no es la extrema derecha. El hecho de que defienda en su programa propuestas que molestan a la izquierda no significa que no encajen en la Constitución, que, por lo demás acatan, ni que dejen de defender, entre otras cosas, la unidad nacional, las libertades y la vida.
Los ejes del acuerdo de gobierno adoptado entre los dos partidos no suscitan dudas: la igualdad ante la ley, la solidaridad entre Comunidades, la reivindicación de la historia común de los españoles, la defensa de nuestros intereses en el marco de la Unión Europea, el impulso del crecimiento económico y la creación de empleo, el compromiso con el mundo rural, la garantía de unos servicios públicos de calidad, el desarrollo de infraestructuras de comunicaciones, asegurar la cohesión, el equilibrio y la integridad territorial de Castilla y León, el apoyo a las familias, la natalidad y la lucha contra la despoblación y la reducción del gasto institucional superfluo. Como se ve, un programa fascista de máximos.
No sólo es un pacto legítimo, sino que es la opción mejor (o, si se quiere, menos mala) que tenía el PP. La Constitución no prevé partidos apestados o tabú. Sí es posible la ilegalización, pero en ningún caso sería correcto ilegalizar a Vox. En todo caso, habría candidatos mucho más idóneos para vivir extramuros de la ley. Por ejemplo, un partido que integra a terroristas no arrepentidos que aspiran a destruir España (y que da apoyo parlamentario al Gobierno de Sánchez). Por ejemplo, algunos partidos separatistas y nacionalistas que aspiran a romper la unidad nacional, sobre la que se fundamenta la Constitución (y que dan apoyo parlamentario al Gobierno de Sánchez). Por ejemplo, un partido comunista devoto de las dictaduras cubana y venezolana (y que forma parte del Gobierno de Sánchez). Todo esto vendría a ser como travesuras juveniles frente al pecado nefando de oponerse al aborto, a la ideología de género o a la manipulación de la educación. Los obstinados buscadores de la extrema derecha tendrán que continuar sus pesquisas, pero me temo que, si tienen éxito, no la van a encontrar en los bancos del Congreso.
Comentarios

Más de Ignacio Sánchez Cámara

  • La guerra injusta

  • Política de ideas

  • Goyesca

  • Contra la Iglesia

  • La farsa

  • tracking