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05 de mayo de 2024

Cosas que pasanAlfonso Ussía

De muslos

Entre 2.500 invitados, 1.250 del sexo femenino, la mayoría de ellas acudió con vestidos normales, discretos y sin pretensiones musleras

Actualizada 01:30

Los modistas pasan por momentos amargos. Saben que se ha infiltrado en su profesión un grupete de desalmados que desean terminar con el prestigio de su profesión. Hasta Marlasca, gran aficionado a los trapos –a los trapos sucios, especialmente–, a punto estuvo de experimentar un desmayo cuando vio el modelito que Yolanda Díaz eligió para lucirse durante el desfile y la posterior recepción de los Reyes en el Palacio Real. Se trataba de una macedonia de arrugas y bultos extraños que surgían a su libre albedrío, con lazos disconformes con ellos mismos, de tal manera ubicados en el vestido, y cuya observación detenida provocó entre el público decenas de vahídos y desvanecimientos. Claro, que Irene Montero no se quedó atrás. Y al andar mostraba el muslo derecho. Un vestido morado probablemente diseñado por una prima argentina de Echenique. Lo de los muslos resultó emocionante. En Podemos se ha originado un concurso de muslos de muy complicada superación en fealdades. Cuando Yolanda e Irene llegaron al Palacio Real compitiendo por el premio «Muslo del Año», se toparon con el de Lilith Verstrynge que, también de morado, regaló a la concurrencia la visión de su muslo de gamba blanca, imposible de empeorar. La ministra portavoz del Gobierno, Isabel Rodríguez, no mostró muslos. Llevaba un vestido multicolor. Como diría Adriana Lastra, «un vestido multicolor de muchísimos colores». La gran sorpresa la dio la inevitable Cuca Gamarra, del PP, portadora de un modelo verde y amarillo, con apertura de muslo, que doblaba en su esbeltez esférica al muslo gamba blanca de la Verstrynge. Cuca Gamarra se presentó muy bien peinada, y nada se le notaba el corte de tres milímetros de su cabello en solidaridad con las mujeres asesinadas en Irán, heroica acción que mereció toda suerte de jubilosas felicitaciones y admiraciones sinceras por parte de Feijóo, González-Pons y demás socialdemócratas del principal partido de la Oposición. Como en la popular copla de Marifé de Camas.
La gamba blanca de Lilith
Era escuálida chatarra
Comparada con el muslo
Que enseñó Cuca Gamarra.

Claro, que entre 2.500 invitados, 1.250 del sexo femenino, la mayoría de ellas acudió con vestidos normales, discretos y sin pretensiones musleras. Isabel Díaz Ayuso, por poner un ejemplo, se presentó guapísima y sencilla, no en balde pertenece a una familia de militares, que se forman y educan en el buen gusto y la distancia de la pretensión. No se pudo admirar el muslo derecho de Begoña, porque Begoña se escaqueó y no acudió a la cita. Tenía mucho trabajo, y las invitaciones de los Reyes no van con ella.
Y sencillamente impresionante la distinguida esposa del ministro descorbatado Garzón, impresionante. Impresionante, repito, y alteradora, turbadora, pasmosa, sensacional, emocionante y, si me apuran, bastante aterradora.
Pero con los muslos bien cubiertos.
Entiendo la tragedia de los modistas, que siempre han sido modistas, no modistos, como se dice ahora. Los modistas, si eran ellos, y las modistas, si eran ellas. Unos y otras se están quedando sin trabajo por culpa de los usurpadores que visten a las mujeres del Gobierno, de los partidos del Gobierno, y a una de la discreta oposición.
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