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26 de abril de 2024

HorizonteRamón Pérez-Maura

La lucha obrera que viene

Cuando haya que pagar la factura infinita que ha dejado el dispendio inacabable del socialcomunismo, entonces los sindicatos tradicionales resucitarán y tomarán la calle contra los que intentan salvarlos

Actualizada 01:30

Es impresionante la paz social que vivimos en España. Estamos en un escenario que ya retrató a la perfección el gran genio Antonio Mingote en una viñeta publicada en ABC el 30 de julio de 2009. Tres tipos en un café, uno de ellos fumando un cigarrillo –¡entonces no estaba prohibido!– y otro resume el estado de ánimo: «La clase trabajadora empieza a estar harta. Y en cuanto haya un Gobierno de derechas nos van a oír».
Es imposible hacer un resumen mejor de la supuesta paz social que vive España a día de hoy. Sánchez tiene «paz» en Cataluña porque da a los independentistas todo lo que piden. Hasta el incumplimiento de las sentencias del Tribunal Superior de Justicia ¡de Cataluña! Paz en el País Vasco porque los etarras saben que sus presos están obteniendo beneficios penitenciarios a pesar de los asesinatos cometidos. Tenemos la inflación disparada desde antes de que empezase la guerra, han presentado unos presupuestos generales del Estado que son descalificados por inverosímiles por todos los interlocutores con criterio en la materia, incluida la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal que como sabe cualquiera, augura que tendremos problemas de déficit, la gestión de los fondos europeos es contestada desde la Comisión hasta el punto de que se cambia al gestor de los mismos, los precios de las energías llevan de cabeza a la pobreza energética de la inmensa mayoría de la población. Recuerden que eso de la «pobreza energética» es un término que se inventó Podemos cuando en el Gobierno Rajoy hubo una subida del 4 por ciento. Ahora tenemos subidas cuyo porcentaje se cifra con tres dígitos. Podría seguir enumerando porque la situación es de tal gravedad que asuntos que antes hubieran provocado movilizaciones hoy no reciben ni una mínima referencia ante la magnitud de otros problemas colosales.
La clase trabajadora

Viñeta de Antonio Mingote publicada en ABC el 30 de julio de 2009

Y mientras vivimos en este despeñadero ¿dónde están los sindicatos? Yo no los oigo defender el poder adquisitivo de los trabajadores, ni denunciar el precio de la luz o el gas, que también provoca paro porque hay empresas que simplemente no pueden seguir produciendo con un coste energético que puede llegar a ser un 200 por ciento superior al que se calculó cuando se puso en marcha una empresa o un negocio de hacer baldosines, por ejemplo.
No. Los sindicatos históricos ya no están para eso. Están para promover las políticas de género y las medioambientales… cuando gobierna la izquierda, claro. Ya veremos cómo en cuanto acabe esta pesadilla y el centro y la derecha tengan que hacerse cargo de una España arrasada y arruinada, cuando haya que pagar la factura infinita que ha dejado el dispendio inacabable del socialcomunismo, entonces los sindicatos tradicionales resucitarán y tomarán la calle contra los que intentan salvarlos. Lo que no hicieron contra los que les intentaron arruinar con un empeño digno de mejor causa.
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