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25 de abril de 2024

Perro come perroAntonio R. Naranjo

Que te vote 'Txapote' y Junqueras de rebote

Sánchez se ha inventado enemigos falsos para perpetrar una triple traición nacional e internacional a España

Actualizada 01:30

Sánchez es cruel, despiadado y feroz con el enemigo imaginario, que fabrica con denuedo a diario para justificar sus agresiones cotidianas: para él, España está llena de franquistas, maltratadores, homófobos, machistas, explotadores y racistas a los que combate con una batería de leyes, discursos y decisiones que en realidad criminalizan a inocentes y subvencionan a sus cómplices.
Escuchando las baratijas retóricas de Pedrito, se diría que salir a la calle equivale a poner tu vida en peligro si eres negro, mujer, gay o de izquierdas: cuando no hay un francotirador ultraderechista en la azotea, te cruzas con un asesino de género o un encapuchado del Ku Klux Klan dispuesto a restituir el orden social facha pero frenado, qué suerte tenemos, por su heroica resistencia.
España es un país normal lleno de gente normal que, salvo excepciones que nadie ampara, convive con todo, rehúye de problemas y entiende la vida como un ejercicio pacífico y tolerante sustentado en el anhelo de llegar razonablemente bien a final de mes, tener salud para los suyos, respetar al prójimo y esperar que el prójimo le respete a él: la gran revolución pendiente es decir, y defender, que todos somos tipos normales, sin ganas de líos, y oponernos ferozmente a quienes fabulen con enfrentamientos ficticios por razones tan espurias como las que mueven siempre a Sánchez.
Sin embargo, el mismo superhéroe de la nada es sumiso, esclavo, condescendiente, instigador o cómplice de los peligrosos de verdad, a quienes se dirige siempre con los pantalones bajados, el colutorio en una mano y el BOE en la otra: cuando ve al lobo, se marcha siempre con él a comerse a Caperucita.
En cuatro años de tétrico sanchismo, que es un régimen sin escrúpulos cuya única ideología es la supervivencia, el calamitoso inquilino de la Moncloa ha puesto todas sus energías en resucitar el frentismo guerracivilista y en transformar la pobreza, inducida en una parte por él, en un mecanismo de control social y asistencial que perfecciona el célebre PER de 35 años de socialismo andaluz.
Y mientras, se ha entregado sin condiciones a los múltiples secuestradores que ha aceptado por socios: a Mohamed VI le ha regalado el Sáhara tras recibir con honores, cinco minutos antes, al principal enemigo de Marruecos, el líder del Frente Polisario, Brahim Ghali.
A los terroristas de ETA les ha sacado de prisión, pisoteando los informes penitenciarios que desaconsejaban su acceso a la semilibertad con un traslado cacique a celdas sin llave del País Vasco donde les esperaba Otegi, secuestrador y etarra, para llevárselos de vinos entre impúdicos homenajes públicos. Y le ha dejado a Bildu, que es Batasuna sin capucha, escribir a medias con el PSOE la Ley de Memoria Democrática.
Finalmente, ha negociado con los golpistas catalanes un Código Penal de autor que indulta a los delincuentes y también a los delitos que quieran cometer a futuro, con la idea abyecta de que su única oportunidad de seguir presidiendo España es que España termine en Burgos por el Norte y en Aragón por el Este.
Cuando a Sánchez le apunta un enemigo, coge a un niño que pasaba por allí para hacer de escudo humano y le da una metralleta al criminal para que apunte luego a otro sitio.
Las traiciones nacionales e internacionales de Sánchez no son discutibles. La fabricación de enemigos falsos para tapar la rehabilitación de los peores y pagarles con bienes ajenos el rescate que le exigen, tampoco. Y la ruina moral, política, nacional y económica que todo ello genera, se puede medir con la misma precisión que un kilo de mierda en una balanza científica.
Que te vote 'Txapote'. Y Junqueras de rebote. Por la circunscripción de Marruecos, a ser posible.
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