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01 de mayo de 2024

GaleanaEdurne Uriarte

Lo de Txapote

«Que te vote Txapote» es el grito de repulsa y de revuelta social y ética ante lo que está pasando en nuestro país

Actualizada 01:30

Lo de Txapote consiste en uno de los terroristas más sanguinarios de ETA, condenado por varios asesinatos, entre ellos, los de Miguel Ángel Blanco, Gregorio Ordóñez, Fernando Múgica y los concejales José Luis Caso y José Ignacio Iruretagoyena. Lo de Txapote consiste en que fue jefe de ETA y, mientras lo era, tenía de brazo político a Herri Batasuna, que después fue ilegalizada por el Tribunal Supremo precisamente por serlo, por ser parte de la estructura del grupo terrorista. Lo de Txapote consiste en que ese brazo político cambió de nombre, hoy se llama Bildu y es legal, pero sigue apoyando y homenajeando a los asesinos de ETA, incluido Txapote. Lo de Txapote consiste en que el PSOE de Pedro Sánchez pacta y gobierna con Bildu, sin que a los socialistas les importe su apoyo a ETA.
Lo de Txapote consiste en que a algunos les indignan las críticas a Sánchez por estos pactos con Bildu, pero les parecen estupendos los propios pactos. Consiste en que algunos atribuyen dolor a las víctimas de ETA por escuchar «Que te vote Txapote» mientras les suponen paz y bienestar por asistir a los acuerdos de Sánchez con quienes justifican a ETA. Lo de Txapote consiste en que hasta Bildu, el partido que homenajea a etarras y que lleva a etarras en sus listas, exige que no se grite «Que te vote Txapote». La guinda del cinismo y desvergüenza antidemocrática que anida en el fondo de este debate.
Txapote era el jefe de ETA cuando a mí me pusieron una bomba en la Universidad del País Vasco, en el año 2000, por lo que tengo muy presente ese nombre, y ciertamente que no me molesta el grito de «Que te vote Txapote», todo lo contrario. Tuve la fortuna de que falló el detonador de la bomba, por lo que puedo contarlo en primera persona, pero jamás se resolvió el atentado y nadie fue condenado. Uno de tantos sin condena de los terroristas, lo que sería algo menos doloroso si al menos hubiéramos logrado la repulsa social, política y ética de ETA. Si toda esa macabra historia terrorista sirviera para ayudar a que nunca más se vuelva a repetir. Y ahí está el grave problema democrático de España, en que hemos derrotado a ETA, sí, pero no la justificación de ETA.
«Que te vote Txapote» es el grito ciudadano contra esa justificación. Es el grito de repulsa y de revuelta social y ética ante lo que está pasando en nuestro país. Con un partido gobernante como el PSOE que cierra los ojos ante la abierta defensa de ETA por parte de Bildu y de un sector relevante del nacionalismo radical y de la extrema izquierda. «ETA ya no existe», repiten los líderes socialistas para justificar sus pactos, como si el fin del nazismo y de Hitler fueran suficientes para pactar con un partido nazi que siguiera glorificando y homenajeando a criminales nazis en la actualidad. Y ya metidos en el fango, hasta dicen eso de que «ustedes utilizan electoralmente a ETA», como si condenar a un nazi actual por justificar a Hitler fuera utilizar electoralmente el nazismo.
Pero ahí está el problema democrático profundo que explica esta tremenda contradicción. Si Txapote fuera el terrorista de un grupo nazi, y aun con el nazismo derrotado como lo fue hace ochenta años, nadie cuestionaría el grito «Que te vote Txapote» ni diría que es un uso electoral del terrorismo. Pero Txapote, ETA, Batasuna, Bildu, son parte de una historia terrorista de la extrema izquierda y el nacionalismo radical. Es la clave ideológica de la contradicción y del debate que estamos viviendo.
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