Begoña y el espíritu de Lola Flores
¿Vamos a permitir que nuestra seudo primera dama llegue a la Navidad con solo 40 pavos en la cuenta y no pueda hacerle a Pedro el regalazo que se merece?
Qué noche horrible. No he pegado ojo. A veces una pena muy honda se te clava en el corazón, como cantaban en las viejas coplas, y ya no hay manera de conciliar el sueño.
Hacia las nueve y media de la noche del martes llegó el mazazo. Y ya me quedé desvelado con el disgusto. Imagino que les ocurriría lo mismo si vieron la información, que rezaba así: Begoña Gómez tiene once cuentas bancarias a su nombre o relacionadas con ella, pero solo guarda 40,10 euros en una y 0,15 en otra.
Tremendo, pobre mujer. Qué horror. Una emprendedora que lo ha dado todo, digna heredera de un gran empresario del sector del vapor, y que a sus 49 años se ve con sus cuentas más peladas que el peinado de Koldo, con solo 40 pavos en el banco.
«Ya, ya… es que la pasta está guardada en las cuentas de gavilán, y no en las de la pichona», me replicarán ustedes con fachosférica perfidia. Pero aún así, ¿no es triste que nuestra seudo primera dama no disponga de posibles para agasajar esta Navidad al sultán «progresista» con un regalo al nivel de lo que se merece?
Los Sánchez-Gómez son orgullosos ateos. Resulta normal: ¿Cómo van a aceptar que exista un ser superior a Pedro? Pero aún así, deprime imaginar una Navidad sin que Bego pueda hacer unos buenos regalos a Peter y a las nenas…
Cuando la atropelló el fisco y le aplicó un rejonazo olímpico, Lola Flores lanzó con todo su gracejo una súplica-sugerencia: si cada español le daba una pesetilla, problema arreglao. Seamos caritativos. Hagamos en favor de Begoña algo como lo que proponía La Faraona. Una iniciativa que nuestra cuádruple imputada, leal a su jerga papanatas de lo anglo, llamaría un «crowdfunding». Con 40,10 euros en una cuenta y 0,15 en otra, no le da ni para comprarle una sudadera guay a Peter, que ahora mismo tiene bastante que sudar. No puede ser.
El PSOE nos ha ofrecido admirables ejemplos de solidaridad. Ahí está la filantropía de Aldama con un florido ramillete de altos cargos socialistas. Tomemos ejemplo. Hagamos posible que Begoña pueda dejar un buen regalo a Mi Persona bajo el árbol New Age de No Navidad que habrán instalado en Moncloa. Si todos ponemos diez céntimos, Begoña podrá obsequiar a Pedro con algo digno de su categoría y sus gustos: una bici de montaña de hidrógeno para sus pedaleos con su nube de escoltas, un tratamiento de belleza que realce esas apolíneas facciones que cautivan a Úrsula, una nueva chupita torera para los mítines más guerrilleros del PSOE, un espejo dorado de estilo Luis XV donde pueda admirarse…
O tal vez un regalo más intelectual, pues al fin y al cabo hablamos de un doctor honoris causa, autor de una tesis de leyenda. Ahí podría entrar El libro rojo de Mao; El Estado y la revolución, de Vladimir Ilich Lenin. O quizá algo más del momento, como el best-seller de moda en el mundo «progresista»: Confesiones, de Víctor de Aldama, en la editorial Ábalos.
Tranquila Begoña, que todas y todos mostraremos contigo la misma solidaridad que tú mostraste con Barrabés e Hidalgo. Igual hasta te sobra parné para comprarle al gran timonel un batín de seda carmesí, con las letras PS bordadas en dorado en la pechera, a fin de que se sienta como en casa en su segundo hogar, el Falcón.
(Todos los interesados e interesadas en sumarse a esta iniciativa «Save Bego» pueden enviar sus donativos a la Cátedra Extraordinaria de Transformación Social Competitiva; en la Avenida Puerta de Hierro, s/n, Moncloa - Aravaca).