Mr. Trump al rescate del Doctor Fraude
Su último «aló presidente» con ocasión del ya conocido como «trumpazo arancelario» lo tenía tan organizado y ensayado como que apenas diez horas después del mismo, ya estaba dispuesto el escenario de Moncloa con la claque ministerial y la corte de asesores presta a ovacionar, entusiasta, al 'amado Líder'
Quien es calificado y reconocido, dada su nula reacción de dignidad y arrojo ante la adversidad, como el «galgo de Paiporta», demuestra, sin embargo, una capacidad inagotable para sacar rédito político de las calamidades patrias o de los contratiempos planetarios. Allí donde se produce la fatalidad, Sánchez ve una oportunidad para ejercer de Copperfield, ponerse la chistera de los conejos por montera y escapar de las cuitas políticas domésticas y judiciales que le asedian.
En esas coyunturas negativas, el presidente trilero, provocador y populista deviene en impostado estadista de palabra con tono casi susurrante, amable y falsas intenciones de concordia, unión, «espíritu de equipo», consenso y «vocación de diálogo» con esa otra parte del muro que ignora, insulta y ataca permanentemente. Así lo hizo durante la pandemia del Covid con sus infumables «aló presidente», importados del caraqueño Chávez y su sucesor Maduro, y después con otras crisis y catástrofes naturales desde el maldito «bicho» que paralizó al mundo a la actual guerra comercial declarada por Trump, pasando por el conflicto armado provocado por Putin en Ucrania, el volcán de la Palma o la letal dana de Valencia. En todas esas desgracias intencionadas o sobrevenidas ha visto Sánchez una coyuntura inmejorable para desviar la atención sobre su precariedad política al frente de un gobierno débil, sometido al chantaje de quienes le sustentan en el Congreso, y de las causas judiciales políticas y familiares por corrupción que amenazan su resistencia a someterse al veredicto de las urnas.
Sánchez aprovecha los desastres para justificar sus déficits democráticos y la deficiente gestión de su Gobierno para después residenciar en ellos los males económicos y erigirse en salvador de los sectores y ciudadanos afectados, prometiendo ayudas y subvenciones que terminan diluyéndose como el humo de la propaganda que las inspiró. Que le pregunten a los palmeros y a los valencianos cuántos euros han llegado a sus bolsillos y predios golpeados por la tragedia de esas partidas millonarias anunciadas solemnemente por el «galgo».
- Su último «aló presidente» con ocasión del ya conocido como «trumpazo arancelario» lo tenía tan organizado y ensayado como que apenas diez horas después del mismo, ya estaba dispuesto el escenario de Moncloa con la claque ministerial y la corte de asesores presta a ovacionar de forma entusiasta al 'amado Líder' y a los eslóganes y vídeos emitidos en un alarde propagandístico y de impostura digno del mejor Goebbels.
El mismo Sánchez que pondera el libre comercio y ataca a Trump por su proteccionismo acaba de cargarse aquí la Golden Visa que permitía a los extranjeros no comunitarios obtener visados de residencia a cambio de inversiones de más de 500.000 euros en vivienda y de otras aportaciones de capital. El eslogan que presidió su respuesta a Trump, «Compra lo tuyo, defiende lo nuestro», podía haberlo ideado y suscrito perfectamente el mismísimo Trump cuyo objetivo es precisamente proteger la producción y el consumo interno, castigando lo foráneo.
Pero nada de esto supera la frase con la que Sánchez ha querido hacer patriotismo económico después de exagerar nuestra fortaleza frente a la adversidad «trumpista» , alardeando de valores y principios, él que nunca los ha tenido ni ejercido en la vida política: «lo que no vamos a vender nunca son nuestros valores, ni nuestros principios. Nuestros valores no están en venta, nuestros productos sí». Que le pregunten a los golpistas «indepes», al prófugo Puigdemont y a los herederos de ETA ,Otegui y Aizpurua, sobre la facilidad con la que Sánchez mercadea y cambia valores, principios éticos y políticos por poder.
El hipócrita incorregible de la Moncloa está en el fondo feliz por la guerra arancelaria de Trump sabedor que le servirá para justificar los inminentes contratiempos en forma de decrecimiento económico y menor empleo y sobre todo para intentar escaparse del compromiso del rearme con la excusa de que la situación ha cambiado y la prioridad ya no es el armamento sino las ayudas a los sectores afectados por los gravámenes de Estados Unidos a la importación de los productos españoles. Trump al rescate de Sánchez. Era lo único que nos faltaba por ver a expensas de que cualquier otra calamidad sobrevenida o revés planetario futuro, cosa nada descartable teniendo en cuenta que el «gafe manzanoide» no descansa y se fortalece con las tragedias ajenas, le permita seguir morando en la Moncloa, sin Presupuestos y sin convocar elecciones.
Mientras tanto seguirá vendiendo humo y engañosos planes millonarios de ayudas, sustentados en frases propagandísticas como la que arranca el vídeo de resiliencia patria ante el «trumpazo»: «España, un gran país y hoy motor económico de la Unión Europea». Horas antes, Eurostat nos recordaba que la renta per cápita de España está ocho puntos por debajo de la media europea, cifra similar a la de 1999. Menos mal que somos el motor económico de la UE. Esto no lo supera ni el NO-DO.