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Unas líneasEduardo de Rivas

Ancelotti podría llevarse a Sánchez a Brasil

No pondría malos ojos al avión privado que ha puesto la Canarinha al servicio del entrenador. Y así estaría más cerca de la República Dominicana

Actualizada 01:30

Se acabó lo que se daba. Ancelotti se marcha del Madrid, dejando atrás una cantidad de títulos difícil de alcanzar y un señorío digno del club que representaba. Toma rumbo a Brasil. Y lo hace sin su hijo Davide, que parece que se irá a entrenar a Escocia. Adiós y gracias al italiano, que, como último servicio, se podría llevar a Sánchez él. No pondría malos ojos al avión privado que ha puesto la Canarinha al servicio del entrenador. Y así estaría más cerca de la República Dominicana. Quizás así nos enteraríamos de por qué va tanto el Falcon por allá.

Sería gracioso que una filtración revelase dentro de unos años que existió la proposición. Que hubo una conversación entre Sánchez y el italiano en la que le decía que le iba a echar tanto de menos como a Ábalos y que quería marcharse a Brasil con él. Nada tendría que ver, claro está, con los malos datos que le dan las encuestas al presidente del Gobierno, porque Tezanos se encarga cada mes de recordarnos que todo es un bulo y que el PSOE ganaría con creces las elecciones si se celebrasen mañana.

Nada le afecta a Sánchez. El presidente resiste a apagones, a retrasos en los trenes y a que todo el país se entere de que es un líder autoritario que no permite crítica interna alguna. Y si alguien dice algo, es un petardo, un torpe o una pájara. Hay que agradecerle al presidente que se llenen las redes de bromas a su costa, ya que, a falta de Gobierno, por lo menos nos podemos echar unas risas. Será lo único que tengamos, porque hasta 2027 no veremos las urnas, por mucho que Feijóo se empeñe en pedirlas una y otra vez.

Será ese un caso de estudio en las facultades de Sociología en el futuro. Qué raro es que un presidente del Gobierno tenga tanto apoyo popular según el CIS y que, sin embargo, no pueda poner un pie en la calle. No se recuerda el último acto público de Sánchez sin militantes del PSOE, porque cada vez que sale de Moncloa se lleva un abucheo. Así ocurre desde que un sevillano se inventó allá por 2022 aquel célebre «que te vote Txapote», aunque, por desgracia, un año después fueran demasiados los txapotes que le terminaron votando.

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