Fundado en 1910
HorizonteRamón Pérez-Maura

¿Y si los chats Sánchez-Ábalos los filtró Israel?

Sospecho que el ataque de judeofobia y antisemitismo que ha desbordado a Sánchez sólo puede explicarse porque él sabe cuál es el origen último de la filtración de sus conversaciones

Actualizada 08:43

Permítanme especular, por favor. Llevamos diez días con los muy sustanciosos intercambios de mensajes entre Sánchez y su —en distintos momentos— mano derecha José Luis Ábalos. Parece que ya conocemos lo más sustancial de aquellas filtraciones que, quizá simplistamente, se ha atribuido al propio Ábalos, que evidentemente tenía una copia de las mismas y que, también es cierto, sale menos mal de todas las conversaciones que Pedro Sánchez.

A mí no me extrañaría que con la habilidad que le caracteriza la inteligencia israelí haya hecho un peinado de todos los chats y los haya seleccionado de forma que parezca que el autor de la filtración es otro. Para ellos, lo único importante es saldar cuentas con Sánchez que fue quien escogió enfrentarse a Israel.

Aquí hemos dicho todos muy rápido que Ábalos reconoció ser el autor de las filtraciones, pero no fue eso lo que él dijo. Él afirmó que había autorizado la publicación de algunas de las conversaciones. Autorizar la publicación es una cosa y dar los textos al medio que los publica es otra. Están muy relacionadas, pero no es lo mismo.

Todos conocemos desde hace años el control que tiene Israel sobre el sistema de comunicación Pegasus que se empleó en España. Y las probabilidades que eso generaba de que los teléfonos de nuestro Gobierno estuvieran pinchados por Israel. Para muchos, la duda era, simplemente, cuándo daría Israel señales de vida de que conocía las conversaciones de Sánchez con terceros. Esta filtración de los mensajes entre Sánchez y Ábalos cuadra perfectamente.

Decíamos ayer que cuando has hecho el ridículo poniendo a la televisión pública a hacer campaña contra la representante de Israel en un festival de la canción y los españoles han votado como ganadora a esa mujer, no tiene ningún sentido seguir en la ofensiva contra los israelíes. El ridículo es insuperable. Pero ya sabemos los ataques de furia que tiene el autócrata Sánchez, que no concibe que las cosas no sean como él quiere que sean.

Sospecho que el ataque de judeofobia y antisemitismo que ha desbordado a Sánchez sólo puede explicarse porque él sabe cuál es el origen último de la filtración de sus conversaciones. Y como Sánchez cree que el Gobierno de España es un instrumento a su servicio, se cree en derecho de enfrentar a España con el Estado de Israel.

Aunque yo sospeche que la filtración de las conversaciones de WhatsApp viene de fuente israelí, nunca podré demostrarlo y no sé si podrá hacerlo alguien. Lo que sí sé es que, no ya un autócrata, como bien lo define Núñez Feijóo, sólo un tirano enloquecido pone la política de Estado al servicio de sus intereses personales. Porque la filtración de sus conversaciones sólo perjudica a España en cuanto que demuestran lo chapucera que es la seguridad del presidente del Gobierno. Pero a quien deja a la altura del betún es al propio Pedro Sánchez por las cosas que dice con toda libertad y desparpajo.

comentarios

Más de Ramón Pérez-Maura

  • La judeofobia de Sánchez

  • La máquina del fango

  • Marginar a España en el mundo

  • Del hotel Los Galgos a los Paradores

  • El monstruo español

  • tracking