Del hotel Los Galgos a los Paradores
Los Paradores siempre han sido gubernamentales, pero estaban más a desmano y no servían para una urgencia. Ahora ya sabemos que a falta de los locales céntricos también sirven para que José Luis Ábalos los empleara cuando los necesitaba con similares fines a los que otros daban al hotel ex Rumasa
Los más jóvenes no tienen ni idea del escándalo que se organizó en la década de 1980 en España con el hotel Los Galgos en la madrileña calle de Diego de León. Este es un hotel que todavía existe, hogaño como Hotel Meliá Serrano. Aunque los galgos sean unos perros preciosos y generalmente poco agresivos, hubo que cambiar el nombre porque el del hotel quedó embadurnado por la mugre socialista de entonces.
Los Galgos era un establecimiento que pertenecía al grupo Rumasa y que como todo él fue expropiado por el Gobierno el 23 de febrero de 1983. Por alguna razón, probablemente por lo céntrico que estaba, el Los Galgos gubernamental se convirtió poco menos que una casa de lenocinio donde el entorno del partido gobernante iba a usar las habitaciones sin pagar. Y no precisamente para dormir después de una agotadora jornada laboral.
Los Paradores siempre han sido gubernamentales, pero estaban más a desmano y no servían para una urgencia. Ahora ya sabemos que a falta de los locales céntricos también sirven para que José Luis Ábalos los empleara cuando los necesitaba con similares fines a los que otros daban al hotel ex Rumasa.
Esta no es más que una otra gota en el vaso que desborda al Gobierno en lo que ya es una cascada inverosímil. El propio Ábalos ha reconocido en La Sexta que es él quien está detrás de la filtración de los mensajes porque se siente como un mono de feria. Grande. ¿Tendrá a bien el Gobierno disculparse por sus insinuaciones sobre la UCO o los propios jueces? De «la derecha y la ultraderecha» ya ni digamos. Trinidad y Tobago son culpables solo por existir.
En su brillante intervención en la sesión de control al Gobierno, Núñez Feijóo apuntó ayer algo relevante. ¿Por qué era tan urgente que el fiscal García Ortiz borrara su teléfono y en cambio no lo hizo Ábalos? A mí se me ocurren dos posibilidades. Una es que se creyera impune por contar con el amparo del Gobierno. Y la otra es que lo que tenía García Ortiz en el aparato era más incriminatorio que lo que ahora estamos conociendo. Y no les puedo ocultar el regocijo que me produce pensar que ambas opciones pueden darse simultáneamente.
Me ha divertido mucho ver al Gobierno diciendo que iban a llevar a los tribunales la filtración. Me encanta este giro por dos razones. La primera porque se les ha anticipado Manos Limpias defendiendo la intimidad de Sánchez. Hay que reconocer que estos tipos han estado brillantes. Y, en segundo lugar, nadie se cree que vayan a denunciar a nadie. Primero porque desde el momento en que Ábalos ha confesado ser el autor, él tiene derecho a difundir sus conversaciones con quien quiera. Y segundo, porque si hubiera sido la UCO la filtradora, tampoco lo hubieran hecho. El PSOE huye de los tribunales. Todavía recuerdo cómo en septiembre de 2018 amenazaron con llevarnos a los tribunales cuando publicamos en ABC el plagio de la tesis de Sánchez. Aún hoy estamos esperando.
Hay días que es mejor no levantarse de la cama. Ayer lo fue para Sánchez, pero él se mantiene impertérrito. Porque sabe que no es posible echarlo hasta el 2027 en las urnas. Y eso, si la oposición española no se pega un tiro en el pie.