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HorizonteRamón Pérez-Maura

El monstruo español

Es un memorando estremecedor del auge y caída del primer tirano guineano, tío y protector del actual, Teodoro Obiang, hasta que éste lo detuvo, juzgó y ejecutó. Ambos son un retrato de la labor imposible de España en África

Act. 14 may. 2025 - 10:39

A pesar del título, hoy no les voy a hablar de Pedro Sánchez, que al paso que va acabará mereciendo ese tratamiento. El de monstruo. Hoy quiero hablarles de otra parte de nuestra historia de la que no podemos estar orgullosos.

Los Reyes visitaron el pasado domingo el campo de concentración de Mauthausen, que es de todos los campos del horror nazi el que más víctimas españolas acumula. Y que como bien dijo el Rey de España, serían republicanos, pero la Corona debe honrarlos, porque Don Felipe y Doña Letizia son los Reyes de todos los españoles.

El acto me trajo a la cabeza el libro que acaba de publicar mi colega Antonio Caño, antiguo director de El País hasta que Pedro Sánchez lo decapitó vía la propiedad ahora revuelta contra el todavía presidente del Gobierno. Caño ha escrito un libro que le honra a él y a la editorial, «La Esfera de los Libros», con el que no creo que ni la editorial ni el autor ganen mucho dinero. Pero que es un testimonio imprescindible de la España contemporánea.

Caño ha escrito El monstruo español. Francisco Macías y el fin de la aventura colonial en Guinea que es un memorando estremecedor del auge y caída del primer tirano guineano, tío y protector del actual, Teodoro Obiang, hasta que éste lo detuvo, juzgó y ejecutó. Ambos son un retrato de la labor imposible de España en África. Una tarea que fracasó a la hora de buscar el después.

Empezaba hablando de los Reyes en Mauthausen el pasado domingo porque el libro se refiere a que «en 1978 Amnistía Internacional publicó un informe en el que hacía un ‘llamamiento urgente’ a la Organización para la Unidad Africana para que prestara atención a la situación interna de Guinea Ecuatorial, donde ‘las detenciones masivas, las muertes por tortura y las ejecuciones sumarias han marcado los diez años transcurridos desde el 12 de octubre de 1968’». Es decir, desde la independencia de España. Pero sigue Caño diciendo que «Ese mismo año, el informe anual sobre Derechos Humanos del Departamento de Estado de Estados Unidos denunciaba que ‘si bien no existen campos de concentración como Mauthausen, toda Guinea es como un Dachau inmenso y doméstico: las cárceles están a rebosar, las muertes se suceden, pero no hay juicios desde hace años’». Y lo que sí había era una responsabilidad española por haber dejado atrás a múltiples ciudadanos españoles con unos derechos que fueron ignorados.

Sobre cómo corrió la sangre en la Guinea Ecuatorial de Macías hay múltiples ejemplos. Quizá el más espeluznante el de junio de 1974 en que hubo un intento de fuga de la cárcel de Bata y sin más, Macías ordenó asesinar a cientos de reclusos. La disparatada tiranía se manifiesta también por cómo en un solo día Macías destituyó a todos los embajadores de Guinea Ecuatorial en África. Sin más.

Lo relevante de este libro para mí es como España consiguió gobernar razonablemente bien un territorio que en palabras de The New York Times citadas en este libro «antes de que Madrid le concediera la independencia, Guinea Ecuatorial era una exportadora próspera de madera, cacao y café, y retiro turístico popular por su clima». Y con la independencia de España, eso pasó a ser el peor de los infiernos en la Tierra. Y así fue en primera instancia con Macías, porque como él mismo declaró en su juicio, ya finiquitado, «yo os poseo a todos». Un paranoide del peor diagnóstico.

Desde que España concedió la independencia a Guinea Ecuatorial hemos procurado mirar hacia otro lado durante las actuaciones de sus tiranías. Pero de cuando en vez aparece alguien que estuvo por allí —en este caso Antonio Caño, como periodista— y nos confronta con una realidad de la que preferiríamos olvidarnos. Pues aquí está, en un libro El Monstruo Español en «La Esfera de los Libros», que algunos preferirían que nunca hubiera sido escrito.

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