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El ojo inquietoGonzalo Figar

Carta a un votante de izquierda

PP y Vox llevan años sosteniendo juntos gobiernos en Andalucía, Valencia, Murcia, Castilla y León, Extremadura. ¿Acaso ha llegado ese ogro franquista del que tanto hablan desde la izquierda? ¿Ha desaparecido un solo derecho civil? Nada

Actualizada 01:30

Estimado conciudadano:

Permíteme tutearte. Te escribo desde el respeto. No me dirijo al adversario ideológico; hoy no pretendo convencerte de mis ideas, de que el mercado es bueno, de que hay que limitar el Estado, de que los valores cristianos son el pilar de nuestra civilización. No. Hoy me dirijo a la persona que madruga, que paga facturas, que lucha por su familia y que quiere dejar a sus hijos un país mejor. Hoy quiero hablar a tu conciencia, a tu sentido elemental de la normalidad y la decencia. Hoy quiero preguntarte, cara a cara: ¿de verdad esto es lo que querías cuando votaste?

No hablo de ideas y políticas, sino de las cosas más básicas que todos damos por sentado. Empecemos con decir la verdad, el respeto a la palabra dada. Tu presidente, Pedro Sánchez, ha construido su poder sobre la mentira en serie. Dijo que no dormiría si Podemos tocaba el gobierno, que jamás pactaría con Bildu, que la amnistía era incompatible con la Constitución. Hasta se inventó una comisión de expertos para justificar cada decreto durante la pandemia. Y a éstas súmale otras cien promesas que no es que haya incumplido, sino que ha hecho exactamente lo contrario. No es un «cambio de opinión» puntual; es convertir la mentira en método. ¿A ti te parece aceptable? ¿Tú tolerarías que un amigo, un familiar o alguien de tu trabajo te mintiese reiterada y sistemáticamente? ¿Y entonces por qué sí lo aceptas de un político, un servidor público?

Sigamos con esas cosas básicas: un mínimo de honradez e integridad, aunque sea aparentada, para guardar las formas. Sánchez tiene a su mujer investigada; su hermano, imputado; su antiguo número 2, Ábalos –el de las maletas venezolanas– salpicado por todo tipo de escándalos; su número 3, Santos Cerdán, lo mismo. Súmale el caso Koldo, el caso Tito Berni, el fiscal general investigado… Escándalo tras escándalo hasta que la excepción deja de ser noticia y se vuelve rutina. Nuevamente, pregúntate qué pensarías si un empresario cualquiera estuviera rodeado de semejante nube de sospechas. Le estarías llamando corrupto desde la mañana hasta la noche pero, en cambio, a Sánchez le sigues votando. ¿Por qué?

Sigamos: un mínimo respeto a las reglas del juego y decencia en el uso del poder. Mires donde mires, Sánchez ha colocado a sus siervos: Fiscalía General, Tribunal Constitucional, Banco de España, CIS, Tribunal de Cuentas, AENA, Red Eléctrica, Correos, Renfe… la lista es infinita. Estos días vemos a una asesora socialista fanfarronear en vídeo de «manejar» fiscales y de que basta un vídeo porno para doblar voluntades. ¿Te parece normal y decente? ¿No te parece una mafia, una agencia de tráfico de influencias más que un Estado del primer mundo? Todas las instituciones de España al servicio de un caudillo, desprestigiadas, corrompidas. Imagínate un tercio de esto con un gobierno de derechas… Te parecería absolutamente indignante, porque lo es.

Hablemos de otra de esas cosas que todos deberíamos valorar, da igual la ideología: el talento, la capacidad. Se supone que un país elige a los mejores para sacar adelante los problemas de todos. ¿Es eso lo que ves? Óscar Puente, un matón de barrio, al frente del ministerio con mayor presupuesto. Yolanda Díaz, un meme andante que solo habla en trabalenguas que ni ella misma entiende, vicepresidenta. La Montero, una chiqui de escalera de portal, al frente de la economía de España. Y así todo. ¿Estos son los grandes dirigentes que van a liderar nuestro país hacia mayores oportunidades, mayor bienestar? Si este Gobierno fuera tu empresa, ¿los ficharías siquiera para un puesto de becario?

Sospecho que, en el fondo, nada de esto te parece aceptable, pero creo que te tragas el sapo en nombre de la causa. Tú defiendes todas estas barbaridades porque vienen de partidos de izquierdas… y el gobierno las hace porque sabe que tú le seguirás votando. Sánchez y los suyos han aprendido a explotar tus inclinaciones progresistas: usan tus valores de izquierda como salvoconducto para blindar su chiringuito, para tapar sus miserias. Te están usando. Pregúntate si debes aceptarlo. Tu ideología no te obliga a arrodillarte ante la inmoralidad; deberías aspirar a que llegue alguien capaz de defender tus ideas de izquierda desde la decencia.

Tampoco deberías caer en otro de los trucos más antiguos del mundo, esa apelación tan efectiva al miedo: «sin nosotros llega la ultraderecha». PP y Vox llevan años sosteniendo juntos gobiernos en Andalucía, Valencia, Murcia, Castilla y León, Extremadura. ¿Acaso ha llegado ese ogro franquista del que tanto hablan desde la izquierda? ¿Ha desaparecido un solo derecho civil? Nada. Podrán gustarte más o menos sus políticas, pero la vida sigue igual, tu libertad y tus derechos siguen garantizados. ¿De verdad compensa tragarse corrupción, mentira y mediocridad para evitar a esa «ultraderecha franquista» que nunca aparece?

Podremos discutir, y discutiremos, sobre impuestos, sobre modelo laboral, sobre cómo debe llamarse la plaza de tu barrio. Yo seguiré defendiendo la vida, la libertad, el mercado y el humanismo cristiano; tú, lo que estimes. Pero hoy basta con que coincidamos en lo que cualquier niño entiende: mentir está mal, robar está mal, convertir las instituciones en un cortijo está mal, colocar ineptos está mal. Ni tú ni yo deberíamos aceptarlo; y, desde luego, mucho menos si quien lo hace presume de ser de «nuestro» equipo.

¿Qué opinas?

Atentamente,

Gonzalo

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