Napoleonchu, Sánchez y el día de la infamia
Algunos todavía recordamos con admiración la Conferencia de Paz en el Palacio Real de Madrid en octubre/noviembre de 1991. Gracias a Napoleonchu, lo más a lo que pueden aspirar nuestros diplomáticos hoy es a actuar como aparcacoches
Lo que se vivió ayer en el Congreso de los Diputados fue la mayor de las infamias. Escoger el segundo aniversario del pogromo practicado en Israel por Hamás y otros gazatíes para debatir un embargo de armas a Israel no puede ser un gesto peor ni más ofensivo. Entre otras cosas porque Israel prácticamente no compra armas a España. Así que ya son ganas de provocar aunque al final se pospusiera la votación para hoy.
Yo nunca había visto una nota de Prensa de la dureza de la que difundió la Embajada de Israel el lunes por la tarde. Su contenido literal era:
«Nuestra repulsa por la elección del 7 de octubre para la votación del decreto sobre el embargo de armas a Israel.
El 7 de octubre es el segundo aniversario de la masacre terrorista perpetrada por Hamás contra civiles en Israel, entre ellos dos ciudadanos españoles. Esta fecha marca el principio de la guerra lanzada por Hamás.
La elección del Gobierno de España de la fecha del 7 de octubre para someter a votación el decreto-ley sobre el embargo de armas a Israel, es una decisión cínica y condenable, especialmente en estos días tan delicados, cuando los equipos de negociación se reúnen para poner fin a la guerra.
Escoger precisamente ese día resulta perverso, inhumano y aberrante, cuando todo el pueblo de Israel y las comunidades judías de todo el mundo estarán de luto, recordando a sus víctimas.
Lamentablemente, esto refleja una vez más la obsesión antisraelí del Gobierno español.
Aún no es tarde.»
Es verdaderamente único que una embajada ante un Estado se dirija en estos términos al Gobierno ante el que está acreditada. Y más utilizando términos como «inhumano» y «aberrante» que, si no recuerdo mal, se emplearon en el discurso que pronunció el Rey ante la ONU. La actuación de nuestro ministro Napoleonchu en todo este proceso ha sido verdaderamente deplorable. Jamás ha pretendido que tuviéramos un papel de mediación diplomática en la región como se tuvo en el pasado. Algunos todavía recordamos con admiración la Conferencia de Paz en el Palacio Real de Madrid en octubre/noviembre de 1991. Gracias a Napoleonchu, lo más a lo que pueden aspirar nuestros diplomáticos hoy es a actuar como aparcacoches.
Napoleonchu cada vez arrastra más el nombre de España por el mundo. Y lo que es peor, el de su servicio exterior –al que él pertenece– también. Ahora ya no despacha ni con los diplomáticos de filiación socialista y altos cargos. A su alrededor sólo queda una camarilla de gente del PSOE, no diplomáticos. Y algunos de los diplomáticos de filiación socialista despachan directamente con Moncloa y no con Albares.
Ha contado mi admiraba Angie Calero en ABC, en un reportaje titulado «Albares aísla a los diplomáticos y gobierna Exteriores con el PSOE» que Albares se ha enfrentado a ex altos cargos que ahora ocupan embajadas, como es el caso de Ximo Puig, ex presidente de la Comunidad Valenciana y hogaño embajador ante la OCDE. Albares no soporta que ningún embajador haga declaraciones a la Prensa y Puig las hace.
Y qué decir del exministro Miquel Iceta, hogaño embajador ante la Unesco en París. Ambos compartieron Consejo de Ministros durante algo más de dos años. Cuenta Calero en ABC que el socialista Iceta se refiere al ministro Albares como Napoleonchu. No tengo nada más que añadir.