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Cartas al director

Defendamos nuestra Constitución de 1978

Los acontecimientos que nos han rodeado los últimos días no pueden ser más dramáticos y tristes, en cuanto a actuaciones personales y colectivas, exposiciones mediáticas, noticias políticas y ataques a nuestras instituciones, con el único objetivo de acabar con nuestra soberanía nacional y nuestra Constitución democrática de 1978 que, con el esfuerzo, la lealtad y la generosidad de todos los españoles, incluidos todos los partidos políticos de la época, nos dimos.

La mediocridad de este gobierno sanchista, llamado progresista, de la mano de Pedro I El Mentiroso, el Manipulador y el Chantajista, no tiene precio. Solo saben menospreciar e insultar a todo aquello que se les interpone para conseguir la permanencia y el control de todos nosotros y de nuestras instituciones. El espectáculo del fin de semana peliculero de Sevilla no tiene nombre. Reconocimientos y aplausos a los expresidentes andaluces, amnistiados por su control del poder judicial, después de las causas más que demostradas de su corrupción política y de la de muchos de los suyos, en esa Comunidad Autónoma. El «pasillo» y recibimiento triunfal de la esposa del presidente, encausada en varios delitos por sus actividades profesionales, en un procedimiento que va descubriéndonos las influencias de La Moncloa y sus dirigentes, ha sido insultante. Las noticias que van avanzando de la influencia del peor presidente democrático que hemos tenido, José Luis Rodríguez Zapatero, en sus actuaciones y decisiones sobre las decisiones de colaboración y actuación en países de Iberoamérica, como Venezuela y República Dominicana, nos deja descolocados y preocupados.

Felipe González con lo que estamos viviendo, con este socialismo progresista y afín a los intereses de los independentistas, separatistas, terroristas de Bildu y nacionalistas, que solo buscan romper nuestra unidad y nuestra Constitución Democrática, representada por la jefatura del Estado de la mano de nuestro Rey Felipe V, comprometido a ultranza de nuestra Carta Magna.

Defendamos nuestra Constitución y las formas de convivencia democrática que nos dimos y hemos disfrutado, con sus altibajos, en las últimas cuatro décadas.

Carina Ferrer Sauermann

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