Cartas al director
La agenda climática
La agenda climática, presentada como la salvación de nuestro planeta, oculta bajo su manto verde una serie de problemáticas que no solo cuestionan su eficacia, sino que también exponen sus consecuencias adversas en varios frentes.
En primer lugar, la agenda climática ha politizado la ciencia de tal manera que discursos basados en el miedo y la culpa se han vuelto más comunes que debates informados y soluciones prácticas. Las políticas climáticas a menudo se elaboran sin considerar adecuadamente las realidades económicas y sociales de los países, especialmente aquellos en vías de desarrollo. Estas naciones, que tienen menos responsabilidad histórica en el cambio climático, se ven forzadas a adoptar medidas costosas que pueden frenar su crecimiento, perpetuando así un ciclo de pobreza y dependencia.
Además, la imposición de impuestos verdes y regulaciones estrictas tiende a afectar más a las clases trabajadoras y a las comunidades rurales. El aumento del precio de la energía, por ejemplo, golpea desproporcionadamente a aquellos que menos pueden permitírselo, sin ofrecer alternativas viables que no sean la reducción del consumo, lo cual no es siempre una opción viable para mantener un estándar de vida digno.