Cartas al director
Viviendas vacías
La libertad va unida de forma indubitable con la propiedad privada; no se entiende la una sin la otra. La falta de viviendas es una triste realidad y la clase política se muestra incapaz de solucionar esa carencia; han optado por una solución espuria: poner el foco en la gente que es propietaria de uno o más pisos adquiridos en su día, bien como inversión o fruto de una herencia. Imponer un canon o gravamen especial para tratar de convencer a los dueños de esas viviendas mediante chantaje para que las saquen al mercado de alquiler es una medida propia de liberticidas; semejante decisión supone una intromisión, un intervencionismo en la vida de los demás. Cada cual es muy libre de proceder como quiera con algo que es suyo y adquirido legalmente.
El progresismo no siempre es sinónimo de progreso y en este caso concreto supone no una evolución sino una involución que conculca un derecho fundamental cual es la propiedad privada. Los atajos a la larga son contraproducentes y lo que pretende llevar a cabo la casta política tendrá un efecto bumerán. Sugiero protejan jurídicamente a los propietarios de viviendas para no ser víctimas de okupas e inquiokupas; de lo contrario, vamos camino del tristemente famoso exprópiese del comandante Hugo Chávez