Cartas al director
Comprometerse con la verdad
Siempre he sentido admiración por Julián Marías por su recta conducta y forma de pensar. Y a medida que profundizo en su vida y en sus artículos descubro nuevas facetas de su integridad. Sorprende por ejemplo que siendo todavía un niño hiciera la firme promesa de nunca mentir: «La hice con una seriedad que no se creería posible a esa edad, y que había de condicionar el resto de mi vida».
Y es que tal como está el panorama (político particularmente) hay «individuos, grupos, organizaciones, cuya profesión es la mentira; a ella se dedican, la cultivan metódicamente, la difunden». Es como si la sociedad, o parte de ella, se hubiese insensibilizado ante ella. «Cada vez estoy más persuadido de que la causa más profunda de los males que padece la humanidad es la mentira».