Cartas al director
El comportamiento del socialismo de Sánchez
La noticia es muy ilustrativa, titular de un medio, el gobierno «tiene preocupación máxima ante un suplicatorio de Santos Cerdán porque le daría artillería pesada a la oposición». Es decir, no les preocupa las consecuencias jurídicas que justificaría un nuevo suplicatorio para un socialista de la talla del actual secretario de organización del PSOE, el número 3 de su organigrama, o que pudiera llegar a juicio y su eventual condena. Esto último no les importa en absoluto, con lo mal que dejaría a la marca PSOE, lo único que le interesa y le preocupa es el argumentario que se le concedería a la oposición.
Las personas, Ábalos, principal avalista de Pedro Sánchez, y su «gran amigo», Santos Cerdán, el fraguador de su estrategia para recuperar la Secretaría General del partido, dos personas de su mayor confianza. No le agradecen los «servicios prestados» a la causa del socialismo y del PSOE del gran líder, Pedro Sánchez. Solo le preocupa el favor a la oposición, la artillería pesada en su contra. La presunta comisión de graves delitos de corrupción, con mordidas millonarias, eso es lo de menos. Lo único importante es la política. Que favorezca a la derecha. Un buen paradigma de lo que representa, en la vida pública, la ética de este nuevo socialismo, de los fieles sanchistas y del «Puto Amo».
Fiel retrato y espejo de la imagen real de Pedro Sánchez, el de las miradas furibundas que «matan» a sus antiguos seguidores, actualmente investigados. La fulminante dimisión de Santos Cerdán, tanto de la Secretaría de Organización como de su acta de diputado, es el último servicio a la causa del sanchismo. No pienso molestarme en comentar ni una de sus palabras, porque a igual que el comunicado de la fontanera Leire, seguramente se la habrán escrito desde Ferraz y la Moncloa. El siguiente paso sería pedir un último suplicatorio, el del señor 1.