Sánchez desprecia a los españoles
El bochorno del líder socialista bate otro récord con un triste espectáculo en el Congreso
La comparecencia de Pedro Sánchez en el Congreso para informar sobre las causas del gran apagón y sobre la millonaria inversión de España en el plan de rearme europeo, ha sido una burla a la democracia, un desprecio a los ciudadanos y una mofa de las instituciones.
Porque, antes de entrar en más materias concretas, conviene recordar cómo llegó a este momento el presidente del Gobierno: sin la mayoría parlamentaria que literalmente se compró para llegar a un cargo que no le dieron las urnas y solo ha podido ejercer para atender los peajes derivados de ese cambalache. Y sin presupuestos, lo que además de ser una tropelía política, es un atentado a la Constitución.
No es exagerado, pues, denunciar la ilegitimidad del líder socialista, que ejerce la Presidencia con el menor número de diputados propios de la historia, sin haber ganado en las urnas y sin aliados para nada que no sea extorsionarle.
En ese contexto, un dirigente serio hubiera dimitido ya para devolverle la vez a los ciudadanos, rehenes de un ambicioso sin límites que parece dispuesto a gobernar contra el Poder Judicial, sin el Poder Legislativo y al margen de la propia sociedad.
No extraña que, con esa mochila pesada a la espalda, Sánchez protagonizara en la Cámara un espectáculo dantesco, índigo y sonrojante en el que se visualizaron todos los males de esta horrible legislatura.
Desde luego su precariedad parlamentaria, el abandono de sus aliados interesados y cómo todo ello deriva en el bloqueo operativo de España, su descrédito internacional y la incompetencia más absoluta para atender catástrofes o retos.
La continuidad de Sánchez no es un ejemplo de resistencia, sino desprecio a los españoles, un desafío a la cordura, a la decencia, al ordenamiento jurídico y a la convivencia, que lastra a España, daña sus instituciones y ahonda en la exposición nacional a todo tipo de tragedias, sea un apagón, un colapso o cualquier otro episodio que traiga el futuro.