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01 de mayo de 2024

En primera líneaJuan Van-Halen

Dimisión y elecciones

Le queda una salida digna: convocar elecciones, anunciar su dimisión, y producir algunos ceses inmediatos

Actualizada 01:30

Es hora de dejar a un lado los paños calientes, abandonar las añejas cataplasmas de arcilla fría, árnica y col, no recurrir al ácido acetilsalicílico ni a otros remedios menores porque el enfermo está grave y a las puertas de la UCI. Seguro que a mi viejo amigo el doctor Granda se le ocurriría algún mejunje pero él es un ilustre boticario y yo un observador que siente y padece pero, como a aquel profesor Letamendi del que nos habló el Baroja estudiante de Medicina, me pierde, y al tiempo me salva, la literatura.
Está enfermo el pueblo español en este disparatado tiempo de mediocres, oportunistas y despistados en el que la mentira triunfa sobre la verdad, la apariencia sobre la esencia, la baja calaña sobre la calidad. Y no está enfermo por un factor externo y fatal; lo está porque no reacciona, parece no percatarse del engaño al que se le somete, traspasados ya los límites de la desvergüenza más aberrante.
Los gobiernos de Zapatero comenzaron la devastación. Hecha su labor, ahora está empleado como conseguidor acá y allá a tanto la pieza. Leo a Joaquín Manso en El Mundo; al parecer Cerdán, esa lumbrera, empleó el último Pleno del Congreso en intercambiar mensajes con Zapatero. ¿Más chollos? ¿Es el adjunto a la X en la cúspide de la pirámide corrupta?
Sánchez tiene más motivos que cualquier otro político en España para haber dimitido según los baremos internacionales. Plagió su tesis doctoral y por ello hay no pocos políticos dimitidos. Maneja un organismo supuestamente neutral encabezado por un histórico dirigente socialista, que con dinero público sirve las encuestas que Moncloa le pide. Por algo parecido: «Pagar con dinero público informaciones y encuestas favorables a su partido» dimitió el canciller austriaco Sebastian Kurz.
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Paula Andrade

Sánchez ganó una moción de censura basada en una sentencia manipulada como sentenciaría el Supremo; la sentencia atendía a dos temas de ámbito local y no condenaba al PP por corrupción. Una gran mentira que se sigue repitiendo. Reitero que el único partido condenado por corrupción en España es el PSOE. Resulta aberrante que la voz de la limpieza socialista en aquella moción de censura fuese Ábalos. Escucharlo ahora destapa un ejercicio de cinismo, sobre todo porque ya se conocían los EREs de Andalucía, el mayor caso de corrupción hasta ahora en España.
El Tribunal Constitucional sentenció en dos ocasiones que los estados de alarma de Sánchez en la pandemia no fueron legales. No dimitió. El PSOE ha okupado sistemáticamente instituciones, organismos y grandes empresas. Así el Consejo de Estado, el Tribunal Constitucional, la Fiscalía general del Estado, el CIS, el CNI, el Tribunal de Cuentas, AENA, Red Eléctrica, CNMC, CNMV, INE, RENFE, INDRA, Agencia EFE, Correos, Paradores Nacionales… ocupados por exministros, exsecretarios de Estado, exsecretarios generales, exdirectores generales, exdiputados, exjefes de Gabinete, exdirigentes socialistas, y maridos de ministras.
Es preocupante, además, el nivel al que Sánchez ha rebajado las representaciones de España en el extranjero, algunas como salidas laborales para personajes menores nombrados embajadores. Nunca hubo tantos «embajadores políticos», igual que nunca se abusó tanto del decreto-ley, reservado para asuntos de urgencia. Así se han sacado adelante iniciativas legislativas orillando el debate parlamentario. En cinco años Sánchez ha utilizado la fórmula del decreto-ley mucho más que Felipe González en 14 y más que los demás presidentes del Gobierno.
La utilización del poder legislativo por Sánchez no tiene antecedentes tan descarados. El ejemplo es Armengol; la responsabilidad le cae grandísima. No es un modelo de neutralidad ni siquiera aparente. El inicio de la actual presidencia fue de traca y en cada Pleno muestra su adscripción. Consiente insultos a jueces concretos y cercena lo que le molesta. ¿Y el Reglamento? Pero con lo que ya se sabe resulta improbable que pueda seguir ostentando la tercera responsabilidad institucional del Estado. Formalmente intentó retirarse del embrollo de las mascarillas cuando ya había perdido el Gobierno de Baleares tras tres años calladita.
Tres miembros del Gobierno están en el punto de mira: Ángel Víctor Torres, Fernando Grande-Marlaska y Elma Saiz, que serían cuatro con Marisu Montero. Los exministros tocados son hasta ahora dos: el escurridizo Ábalos y el silencioso Illa que repartió cientos de millones. Y el dirigente socialista más cercano a la trama es Cerdán, gran muñidor de Koldo al que introdujo en Madrid y acercó a Ábalos. Se ha sabido que en la red vasca de las mascarillas ha aparecido el cuñado de Patxi López. Y se espera una aclaración de la mujer de Sánchez por aquello de la mujer del César. No hay precedente de actividades así en sus antecesoras en Moncloa. Ya se verá qué sale de todo este embrollo.
En el fin de semana los grandes protagonistas permanecieron mudos. Sólo habló el candidato vasco Eneko Andueza pidiendo explicaciones a Feijóo porque en su investigación la UCO recoge una conversación entre Koldo y un compinche en la que le anuncia que tratará de hablar con Miguel Tellado, del PP. Pero no cuentan ni Andueza ni Patxi López, que dijo lo mismo, que en la investigación se advierte que los sometidos a las escuchas ya sabían –¿por quién?– que sus teléfonos estaban intervenidos y, además, no constaba ningún contacto entre Tellado y la trama. El PSOE suele colocar el ventilador ante la mierda, pero en este caso se inventa la mierda como coartada.
Sánchez permanece ajeno desde que la trama se desbocó. Además, la Comisión Europea le cerca: investiga los fondos con los que se pagaron las mascarillas y vigila atentamente el bodrio de la ley de amnistía. Le queda una salida digna: convocar elecciones, anunciar su dimisión, y producir algunos ceses inmediatos. No soy optimista porque el personaje carece de valores y se mira demasiado en el espejo. Lo más probable es que, como en el microrrelato de Augusto Monterroso, cuando despertemos el dinosaurio todavía estará allí.
  • Juan Van-Halen es escritor. Académico correspondiente de la Historia y de Bellas Artes de San Fernando.
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