La seguridad integral de Ceuta y Melilla
La complejidad de la sostenibilidad de las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla, desde los puntos de vista comercial, social y económico, ha revestido características especiales a lo largo de la historia, derivadas de su condición de ciudades fronterizas terrestres con el Reino de Marruecos
El 27 de mayo de 2021, durante una comparecencia ante la Comisión Mixta de Seguridad Nacional en el Congreso de los Diputados, el, entonces, director de Gabinete de la Presidencia del Gobierno, Iván Redondo, anunció la intención del gobierno de elaborar un Plan Integral de Seguridad para Ceuta y Melilla.

La Estrategia de Seguridad Nacional de 2021contempla a Ceuta y Melilla de manera específica.
Dicha edición, publicada el 4 de noviembre de 2021, aparece innegablemente influenciada por los efectos negativos experimentados durante la pandemia del COVID-19. De hecho, la referencia a Ceuta y Melilla se menciona por primera vez en el texto, en su resumen ejecutivo, al afirmar que «la Estrategia de Seguridad Nacional 2021 plantea iniciativas necesarias, como, por ejemplo, la creación de una reserva estratégica basada en capacidades nacionales de producción industrial o el desarrollo de un plan integral de seguridad para Ceuta y Melilla». La primera cita se refiere a la carencia de recursos específicos experimentados durante los primeros hitos de la pandemia, en materias, tan desafortunadamente de moda, como las mascarillas, los guantes de látex o los respiradores. La segunda, al especial impacto que la condición de ciudades fronterizas con Marruecos representó para ambas ciudades españolas, igualmente durante la pandemia.
El texto de la estrategia expresa que «las Ciudades Autónomas de Ceuta y Melilla, por su localización geográfica en el continente africano y por la especificidad de su frontera española y europea, requieren de una especial atención por parte de la Administración General del Estado para garantizar la seguridad y el bienestar de sus ciudadanos».
Por último, en el apartado de actuaciones a acometer para hacer frente a situaciones de crisis, la Estrategia plantea varias líneas de actuación, orientadas a la gestión de este tipo de situaciones por parte de las administraciones, entre ellas la de «elaborar un Plan Integral de Seguridad para Ceuta y Melilla».
Transcurridos más de tres años desde la publicación de esta Estrategia y casi cuatro desde que el director del Gabinete de la Presidencia del Gobierno anunciara su intención de elaborar el Plan, no se tiene constancia de la publicación del citado Plan Integral de Seguridad para ambas ciudades, aunque, como sucede con muchas otras materias relacionadas con las necesidades de éstas, como pasa con la reapertura de la aduana comercial de Melilla o la apertura de la de Ceuta, la recuperación del régimen de viajeros o la vuelta de las bonificaciones a las cotizaciones a la seguridad social para pequeños empresarios y trabajadores, se prodigan los mensajes de buenos propósitos y las peticiones de paciencia a la ciudadanía asegurando que «ya casi está», que todo depende de unos meros «ajustes técnicos».
Según la Ley 36/2015, de Seguridad Nacional, ésta «se entiende como la acción del Estado dirigida a proteger la libertad y el bienestar de sus ciudadanos, a garantizar la defensa de España y sus principios y valores constitucionales, así como a contribuir junto a nuestros socios y aliados a la seguridad internacional en cumplimiento de los compromisos asumidos».
Se detallan, a continuación, algunas de las circunstancias que, en los últimos años, vienen comprometiendo la seguridad de ambas ciudades, desde el punto de vista del sostenimiento de su modelo de supervivencia y, por lo tanto, del bienestar de sus ciudadanos.
El 31 de julio de 2018 el Gobierno de Marruecos decidió unilateralmente cerrar la aduana comercial en la frontera internacional de Beni Enzar en la ciudad de Melilla, con el consiguiente y significativo perjuicio a la estabilidad económica de la ciudad española en los sectores comercial y del transporte internacional de mercancías.
No fue hasta mediados del pasado mes de febrero, más de seis años después y tras muchas dilaciones y aparentes ajustes técnicos, que se normalizó la rutina de establecer un tránsito aduanero, que podemos denominar de carácter testimonial, de autorizar el paso de un vehículo semanal a través del paso fronterizo con mercancías, tanto en la ciudad de Ceuta, que no contaba con anterioridad con esta posibilidad aduanera, como en Melilla, en donde la aduana comercial formaba parte intrínseca del paso fronterizo entre España en Marruecos existente en la Ciudad Autónoma.
En mayo de 2022, Marruecos decidió, también de manera unilateral, poner fin al régimen de viajeros para las personas que cruzasen la frontera desde España a Marruecos en Ceuta o Melilla, circunstancia que no se produce en sentido inverso.
En lo concerniente a la seguridad de los perímetros fronterizos de ambas ciudades, desde el punto de vista de sus forzamientos por grupos masivos de personas, en mayo de 2021, tras una crisis diplomática precedente, se produjo la invasión de alrededor de 10.000 ciudadanos marroquíes en la ciudad de Ceuta, entre los que se incluyeron muchos menores, con la colaboración expresa de agentes policiales marroquíes, que les franquearon el paso en diferentes puntos de la frontera, ajenos a los pasos fronterizos ordinarios.
En junio de 2022, se produjo el asalto masivo y violento a la frontera entre España y Marruecos en el paso fronterizo de Barrio Chino de Melilla por parte de un número de alrededor de 2.000 ciudadanos subsaharianos, como resulta del cual, las fuerzas de seguridad españolas se vieron desbordadas, teniendo que abandonar las instalaciones fronterizas del lado español que fueron invadidas por los migrantes, a los que persiguieron en su interior las fuerzas de seguridad marroquíes.
La complejidad de la sostenibilidad de las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla, desde los puntos de vista comercial, social y económico, ha revestido características especiales a lo largo de la historia, derivadas de su condición de ciudades fronterizas terrestres con el Reino de Marruecos.
Es preciso insistir en la necesidad de materializar de manera visible la implicación de la Administración General del Estado en la resolución de los problemas que la naturaleza fronteriza de ambas ciudades y la adopción de determinadas decisiones por parte de Marruecos tienen en el desarrollo de sus modelos de sostenimiento comercial, económico y social. Es preciso, en suma, garantizar la seguridad integral de Ceuta y Melilla.
- Fernando Adolfo Gutiérrez Díaz de Otazu es senador por Melilla del Grupo Parlamentario Popular