Irresponsabilidad e indiferencia

Corría el año 1898, cuando Don Miguel de Unamuno denunciaba la irresponsabilidad política y la indiferencia de la sociedad. Después, sucedió que el grano de la desidia germinó y nos entregó odio, rencor, violencia y vergüenza.

Vivimos tiempos de destrucción del Estado de derecho bajo la irresponsabilidad política y, como expresó John Locke: «El derecho de propiedad es esencial para la vida, para la libertad y para la búsqueda de la felicidad».

Vivimos más que nunca la indiferencia de la sociedad, distraída entre el exceso y reverencia al ocio, al consumo y a la magia ilusionista de las nuevas tecnologías y progresías.

Indiferentes a la desprotección de la vivienda, del domicilio inviolable acorde al artículo 18 de la Constitución: derechos vinculantes para las administraciones públicas.

Gobierno de España: ustedes que gobiernan a golpe de decreto ley, ¿por qué no dictan uno esta misma noche para que no tengamos que volver a ver en televisión los casos indignantes de ocupación, y patrullas ciudadanas en la calle?

Porque, según se estudia, el decreto ley se utiliza en casos de «extraordinaria y urgente necesidad». ¿Qué les sucede...? ¿Esto no les parece de urgente necesidad?

Pero miren, sería muy efectivo para mantener la inviolabilidad del domicilio, la cual ya existía, insisto, como derecho fundamental.

¿En qué momento y quién denigró este derecho, reduciéndolo a mera cifra estadística sin importancia, cuando las fuerzas del orden público no pueden intervenir en un caso de okupación?

Quizá esto no está sucediendo, o es una «anecdota», o es el pago de prevendas ideológicas a algunos socios de gobierno.

Solo necesitamos una ley que nos ampare ante este asalto a los ciudadanos. Para ustedes esto es fácil.

Es una irresponsabilidad definir la okupación como un acto ausente del allanamiento de morada. Es una demolición del interés general que tanto les agrada. Pero, ¿cuál es el interés general en el caso de la okupación? Cuando a un ciudadano le arrebatan su casa, ¿dónde está el proyecto progresista, el interés social de ese ciudadano?

Una función pública es una función de interés general para todos. ¿Cuál es el disparate que el gobierno esboza? El interés general debería ser que nuestros ciudadanos pudieran acceder a una vivienda digna que pudieran pagar, no que exista la posibilidad de arrebatarle a otro ciudadano su vivienda, su trabajo...

La responsabilidad de la función pública dirigida al trabajo, la familia, la seguridad y la prosperidad, si es un proyecto progresista, como dice su nombre... de progreso.

El miedo a la okupación ha disminuido el parque de alquiler, ha incrementado el precio y, ante este panorama, les preguntamos si ustedes, gobierno, tienen presupuesto para crear nuevas viviendas.

¿A quién beneficia la progresía que protege la okupación?

Es una grave irresponsabilidad política que atenta contra uno de los derechos fundamentales de una sociedad que pretendió ser democrática y que está «saltando por los aires».

La indiferencia en la que vivimos en nuestro día a día, nos invita a considerar un suceso como éste. ¿Irrelevante?

Está claro. Incluso las minorías que forman parte de «un proyecto progresista» son atendidas acorde a la importancia de sus ideologías y, ¿la okupación forma parte de ellas?

Hemos recuperado las letras unamunianas. Miren lo que sucede en el Congreso: irresponsabilidad, indiferencia y jactancia.

Platón decía que «la obra maestra de la injusticia es parecer justo sin serlo». Y, ustedes son unos maestros.