Fundado en 1910
En primera líneaJuan Van-Halen

Palestina, mirada a un viejo conflicto

En Gaza no se dan las circunstancias, ni jurídicas ni reales, que llevarían a hablar de genocidio. Suena a genocidio el ideal palestino de llevar al conjunto de los israelíes «desde el río hasta el mar»

Act. 23 sep. 2025 - 09:54

La estrategia de Sánchez para huir de la quema judicial pasa ahora por Gaza. Es un salvavidas personal que implica emocionalmente a otros países y él entiende que aquí producirá amnesia sobre sus tropelías. Para Sánchez la grave situación en Gaza tiene carácter cíclico; desde la tumbona en La Mareta no dijo ni pío. Ahora se encabrita con quienes no consideran genocidio aquella realidad horrible, como toda acción bélica, pero tampoco la UE, y tuvo la constatación directa en la reciente visita del canciller Merz a Madrid.

El conflicto entre Israel y Palestina

El Debate (asistido por IA)

Sabemos lo que supone el término «genocidio». Sánchez también, pero miente; en eso es maestro. En Gaza no se dan las circunstancias, ni jurídicas ni reales, que llevarían a hablar de genocidio. Suena a genocidio el ideal palestino de llevar al conjunto de los israelíes «desde el río hasta el mar». No me extenderé en el asunto terminológico porque me da pereza practicar esa obra de misericordia: «enseñar al que no sabe». Especialmente cuando el que no sabe cree poseer la verdad. Les pediría, humildemente, que leyesen más.

Asistí a dos guerras entre árabes e israelíes como corresponsal, y en el lado árabe. El tema palestino no me es novedoso. Podría asegurar, sin riesgo de equivocarme, que muchos de los vocingleros actuales, violentos o no, desconocían la bandera de Palestina antes de enarbolarla en sus heroicas aportaciones a la causa. Ni saben de dónde llega, qué significa, ni acaso conozcan la historia multifacética de lo que llamamos, desde diferentes enfoques, Palestina. Ellos siguen del ronzal, no distinguen, machadianamente, las voces de los ecos; nada se preguntan, acaso porque les da igual.

Haré un recorrido histórico urgente. Tras las sucesivas guerras con Israel que perdieron los países árabes contendientes, la primera intifada (revuelta) palestina, se extendió entre 1987 y 1991, con enfrentamientos y muertos en ambos bandos. En 1994 se estableció, tras los Acuerdos de Oslo, la Autoridad Nacional Palestina, entidad transitoria hasta conseguir la paz, para ejercer la seguridad y la administración civil del territorio: Cisjordania, Gaza y Jerusalén-Este. La segunda intifada, nuevo levantamiento palestino contra Israel, se produjo a partir del año 2000. Más muertos de unos y de otros.

Tras el alto el fuego en 2005, en 2006 se convocaron las primeras elecciones generales en Palestina desde 1996. Hamás, que boicoteó las anteriores, las ganó frente al otro contendiente, Fatah. Fracasaron las negociaciones y se produjeron combates entre ellos. Hamás, cercano a los Hermanos Musulmanes y manejado por Irán, tomó el control político y militar de la Franja de Gaza en 2007; lo mantiene. Mahmud Abás, de Fatah, quedó como presidente, controlando, de hecho, sólo Cisjordania.

En 2011 llegó la reconciliación y acuerdo entre Fatah y Hamás con un plazo de meses para convocar elecciones. Pero Hamás, que mantenía Gaza, lo impidió. No hay elecciones desde hace 19 años. Y ello frente a un Israel democrático. En enero de 2013 Abás adoptó, como nombre oficial, el de Estado de Palestina. Era una quimera, un protoestado, casi-Estado, sin autonomía. Y sigue siéndolo.

En noviembre de 2012, la Asamblea General de la ONU había pasado a considerar a Palestina como «Estado observador no miembro». La anterior consideración era de «entidad». Se trataba de un reconocimiento más simbólico que efectivo. Y en esa situación llegamos al asalto, en 2023, desde Gaza, de milicias de Hamás a ciudadanos desarmados en Israel. Resultado: 1.700 asesinados, entre ellos muchos niños, numerosas violaciones, y 251 rehenes, entre ellos 31 niños.

Gaza tiene setecientos kilómetros de túneles, y en sus hospitales y otros centros, entre ellos educativos, Hamás guardaba misiles, armamento y munición. Israel cuenta con el mejor servicio de Inteligencia del mundo. La respuesta israelí al ataque indiscriminado y terrorista de Hamás en su suelo fue la actual operación militar en Gaza. Hamás es una organización terrorista, aunque Sánchez se mostrase encantado con su felicitación. Israel no inició ninguno de los conflictos armados entre árabes e israelíes. Los palestinos nunca aceptaron la reiteradamente ofrecida paz.

Francesca Albanese, relatora especial de la ONU para los territorios palestinos, es antisemita conocida. Ya en 2014, muchos años antes de su designación, había señalado a Estados Unidos como «subyugado por el lobby judío» y que Europa padecía «un sentimiento de culpa por el Holocausto», denunciando que ambos «condenan a los oprimidos en el conflicto». En 2023, un grupo bipartidista de 18 miembros del Congreso de los Estados Unidos urgió su destitución por «su antisemitismo, sus prejuicios antiisraelíes y su falta de imparcialidad». Su informe sobre la situación actual es un panfleto antisemita y cae deliberadamente en la trampa del genocidio.

Son muchas las naciones que reconocen como Estado a Palestina, sin resultado práctico alguno, porque no lo es. Piden la solución de dos estados y reconocen expresamente las «fronteras de 1967», que son las actuales. Con Jerusalén-Este como capital. Felipe VI habló en El Cairo de «Jerusalén»; le hicieron comprometerse. Como supongo intenta Sánchez al solicitar al Rey que se dirija a la Asamblea General de la ONU, que siempre ha protagonizado él. Veremos.

¿Qué acabaría con el enfrentamiento? Que Hamás devolviera a los rehenes y entregase las armas. No lo hace porque le interesa la repercusión mundial. La población no cuenta. Son sus escudos. Secuestra muchos de los camiones que llegan con alimentos; los vídeos están ahí. Para conseguir la tensión atacó aquel 7 de octubre a comunidades judías indefensas. Pero ya acaso es tarde.

Juan Van-Halen es escritor y académico correspondiente de la Historia y de Bellas Artes de San Fernando

comentarios

Más de En Primera Línea

tracking

Compartir

Herramientas