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16 de junio de 2024

El Papa Pablo VI siguiendo la misión espacial del Apolo 11 en su residencia de Castel Gandolfo

El Papa Pablo VI siguiendo la misión espacial del Apolo 11 en el Observatorio Astronómico del VaticanoCPP/CIRIC

El viaje de ida y vuelta a la Luna del Vaticano

El papa Pablo VI siguió de cerca la histórica llegada del Apolo 11 al satélite y recibió a sus tripulantes

Encontrar en los Museos Vaticanos una bandera del Estado no debería ser considerado como un objeto extraordinario. Sin embargo, si añadimos que este trozo de tela ondeó sobre la superficie lunar, esta consideración cambia por completo.

Los astronautas que tripulaban el Apolo 11, Neil Armstrong, Edwin Aldrin y Michael Collins, llevaron consigo esta enseña del Estado Vaticano en la primera misión que llegó a la Luna.

«¡Honor a vosotros!»

El papa Pablo VI siguió aquel histórico acontecimiento como uno más desde su residencia de verano. «¡Honor a vosotros, hombres artífices de la gran empresa espacial! Honor a todos los que han hecho posible el más audaz de los vuelos», comentó el Pontífice.

El 13 de julio de 1969, durante el rezo del Ángelus, se refirió a aquel hito que acontecería unos días después. «El hombre, esta criatura de Dios, aún más que la misteriosa Luna, en el centro de esta empresa, se revela. Se revela como un gigante. Se revela divino, no en sí mismo, sino en su principio y en su destino. Honor al hombre, honor a su dignidad, a su espíritu y a su vida», espetó.

A su regreso, los tres astronautas de la misión fueron recibidos por el Pontífice el 16 de octubre de aquel año. Con ellos reflexionó sobre cómo el hombre «tiene una tendencia natural a explorar lo desconocido, a conocer lo misterioso». Pese a ello, también tiene «miedo a lo desconocido». Dirigiéndose a los héroes, reconoció «su valentía» como vencedora de temor. «Gracias a su intrépida aventura, el hombre ha dado un paso más hacia un mejor conocimiento del universo: en sus propias palabras, señor Armstrong, 'un salto de gigante para la humanidad'», afirmó.

Bandera del Vaticano junto a unas piedras lunares, en los Museos Vaticanos

Bandera del Vaticano junto a unas piedras lunares, en los Museos VaticanosInfovaticana

Comunión lunar

Además de astronauta, Edwin Aldrin, conocido como Buzz Aldrin por el personaje de la película Toy Story, era diácono de la Iglesia Presbiteriana. Después del aterrizar en la Luna, pudo comulgar –la comunión de los presbiterianos es simbólica, no creen en la presencia real de Cristo en la Eucaristía– en una pequeña ceremonia personal por medio de un kit confiado por su pastor.

Este hecho no fue difundido por la NASA al no pertenecer a la parcela científica, financiada por el Estado. Un año después, fue el propio Aldrin quien reveló que «el primer líquido vertido y el primer alimento ingerido en la Luna fueron los elementos de la comunión». También recitó el salmo 8: «Cuando contemplo el cielo, obra de tus dedos, la luna y las estrellas que has creado. ¿Qué es el hombre para que te acuerdes de él, el ser humano para mirar por él?».

El presidente de Estados Unidos, Richard Nixon, entregó la bandera del Vaticano al papa Pablo VI en su segunda visita a la Santa Sede el 29 de septiembre de 1970, junto con unas piedras del satélite terrestre.

Lo que se escondía detrás de este gesto era un intento de que el papado mirase más hacia Occidente, ya que Nixon se mostraba temeroso ante la apertura del Vaticano hacia los regímenes comunistas.

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