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-FOTODELDÍA- Ciudad del Vaticano (Estado de la Ciudad del Vaticano (Santa Sede)), 30/03/2024.- El Papa Francisco preside una Santa Misa de Vigilia Pascual en la Noche Santa de Pascua en la Basílica de San Pedro en la Ciudad del Vaticano, el 30 de marzo de 2024. (Papá) EFE/EPA/GIUSEPPE LAMI

El Papa Francisco preside una Santa Misa de Vigilia Pascual en la Noche Santa de Pascua en la Basílica de San Pedro en la Ciudad del Vaticano, el 30 de marzo de 2024EFE

El Papa Francisco llama a ser portadores de esperanza pese a los «vientos de muerte» en su homilía de la Vigilia Pascual

Durante la solemne Vigilia Pascual celebrada en la basílica de San Pedro, el papa Francisco hizo un llamado a todos los creyentes a ser transmisores de esperanza, incluso en tiempos marcados por el dolor, la violencia y la muerte. Aunque no presidió la ceremonia debido a su convalecencia por una severa infección respiratoria, su mensaje fue leído por el cardenal Giovanni Battista Re, decano del Colegio Cardenalicio.

Francisco, que el pasado 23 de marzo recibió el alta médica tras permanecer 38 días ingresado en el hospital Gemelli de Roma, se trasladó antes del inicio del rito pascual hasta el interior del templo para rezar ante la tumba de San Pedro y saludar brevemente a los fieles congregados.

En su homilía, el Santo Padre reconoció que la humanidad sigue cargando con el peso de la muerte y la oscuridad: «Cuando sentimos aún el peso de la muerte en nuestro corazón, cuando las sombras del mal avanzan con estrépito por el mundo, cuando las heridas del egoísmo y la violencia nos alcanzan en lo más profundo, no debemos perder la esperanza». Aseguró que la luz de Cristo sigue emergiendo, aunque sea de forma pausada, incluso en los escenarios más sombríos.

Francisco animó a los creyentes a «reproducir la Pascua en la vida cotidiana» y a convertirse en «constructores de esperanza», especialmente «mientras tantos vientos de muerte aún soplan sobre nosotros». Enfatizó que esta misión no requiere gestos grandilocuentes, sino pequeñas acciones nacidas del Evangelio: una palabra amable, una decisión valiente, un gesto de consuelo.

El mensaje también apeló al compromiso cristiano con los más vulnerables. El Papa pidió ser presencia de esperanza para aquellos que han perdido la fe, para quienes viven en soledad o abatidos por el sufrimiento, para las víctimas de injusticias y guerras, para las mujeres maltratadas, los niños no nacidos y los menores abusados, así como para todos los marginados del mundo.

La ceremonia de la Vigilia Pascual, cargada de simbolismo y considerada una de las más significativas del calendario litúrgico, comenzó en el atrio con la bendición del fuego y el encendido del cirio pascual. A continuación, se realizó una procesión en completo silencio y penumbra, interrumpida sólo por la tenue luz de las velas que portaban los concelebrantes y los fieles, en representación de la oscuridad tras la muerte de Cristo. Con la proclamación litúrgica del «Lumen Christi» por parte del diácono, las luces de la basílica se encendieron, dando paso al júbilo de la Resurrección. Ante unos 6.000 asistentes, la celebración incluyó la bendición del agua y el bautismo de tres adultos, evocando la tradición de los catecúmenos en los primeros siglos del cristianismo.

La Oficina de Prensa del Vaticano ha informado que el Papa desea estar presente en la bendición Urbi et Orbi, prevista para el mediodía del Domingo de Resurrección, aunque su participación dependerá de su estado de salud. La misa en la plaza de San Pedro será presidida por el cardenal Angelo Comastri, y se prevé que un colaborador del Pontífice lea el mensaje pascual antes de que Francisco imparta la bendición solemne a la ciudad de Roma y al mundo entero.

Durante esta Semana Santa, el Pontífice ha estado ausente en todos los ritos públicos, salvo por una visita la tarde del Jueves Santo a la cárcel romana de Regina Coeli, donde saludó a los internos en un gesto de cercanía que ha caracterizado su pontificado desde sus inicios.

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